Francisco y Kuczynski caminaron sonrientes por la alfombra roja conversando animadamente, mientras una banda militar interpretaba marchas.

Bajo un cielo seminublado, una persistente brisa le cubrió por momentos el rostro a Francisco con la parte superior de la sotana.

La visita del papa permite a Kuczynski olvidar, temporalmente, los conflictos políticos que lo tuvieron al borde de ser destuido en diciembre y la polémica por el indulto que concedió al expresidente Alberto Fujimori.

Incidentes

Una mujer rompió este jueves el cordón de seguridad y todo el protocolo de la visita del papa Francisco a su llegada a Lima para entregar unas flores al pontífice, que las recibió entre la alarma de los cuerpos de seguridad.

El incidente se produjo aún en el recinto del Grupo Aéreo Nº 8 del Aeropuerto Internacional de Lima, la zona militar y seguridad en la que aterrizó el avión papal, apenas segundo después de que arrancara el Fiat 500 que trasladaba a Francisco.

Según pudo verse en televisión, una mujer de azul se acercó velozmente al vehículo en el que el papa viajaba sonriente y con la ventanilla abierta, mientras este enfilaba hacia la salida del aeródromo, con un ramo de flores en la mano.

Ese movimiento obligó al conductor del coche papal a dar un giro brusco al volante y alejarse de la mujer, si bien inmediatamente regresó a la posición habitual toda vez que comprobó que el brusco acercamiento no era peligroso.

Otro incidente se produjo instantes después, cuando unos periodistas intentaron aproximarse al papa ya fuera del aeropuerto para hacerle unas preguntas, lo que obligó a la policía que velaba por la seguridad a correr y bloquear con sus cuerpos el vehículo.

Tras unos instantes de confusión, la caravana papal continuó su marcha hacia el centro de Lima.

Ese viaje de varios kilómetros estuvo escoltado por centenares de policías que jalonaron el camino cada pocos metros para evitar que la multitud que acompañó todo el recorrido papal se acercara al vehículo.

El papa Francisco llegó a Perú, en una visita oficial y apostólica de tres días que lo llevará a la ciudad amazónica de Puerto Maldonado, a la norteña Trujillo y a Lima, donde el domingo celebrará una misa de cierre ante más de un millón de personas.