Entre escándalos y filtraciones: ¿Cómo busca Karina Milei afianzar el poder de su hermano en Argentina?
Karina Milei se ha convertido en un pararrayos de las acusaciones de corrupción, aunque su poder y la lealtad de su hermano, el presidente Javier Milei, siguen siendo inquebrantables.
De acuerdo con fuentes cercanas, Karina Milei, la hermana del mandatario, maneja las decisiones presidenciales. (Foto Prensa Libre: AFP)
Antes de que se filtrara recientemente a los medios de comunicación un audio de la hermana del presidente Javier Milei, la mayoría de los argentinos nunca habían oído su voz.
Karina Milei, quizá la segunda persona más poderosa de Argentina, se había mantenido en silencio, moviendo los hilos entre bastidores mientras su bullicioso hermano mandaba en el escenario.
Pero ahora, la misteriosa primera hermana de Argentina, quien de manera discreta ayudó a impulsar el ascenso de su hermano de comentarista televisivo a presidente y líder de la derecha populista mundial, se ha convertido en el centro de una prueba pública de su gobierno y en un pararrayos de las acusaciones de corrupción contra él.
Aunque el audio que le fue atribuido era inocuo, en el que se le escuchó animando a los miembros del partido y diciéndoles que permanecieran unidos, otra grabación atribuida a otro funcionario del gobierno sugería que se estaba beneficiando de una trama de sobornos.
Y todo esto ha surgido justo cuando estaba organizando la campaña del partido de Milei para una crucial votación de mitad de mandato este otoño, una prueba clave de los planes transformadores de su hermano para el país.
Pero al igual que ha hecho desde que eran niños, Javier Milei, de 54 años, se ha mantenido al lado de su hermana, negando las acusaciones, y no hay indicios de que su poder o influencia se hayan debilitado.
Recién llegada a la política, con experiencia como ejecutiva en una empresa de neumáticos y otros negocios familiares, Karina Milei gestionó meticulosamente la agenda de su hermano, vigiló su círculo íntimo y manejó sus finanzas cuando hace dos años se postuló a las elecciones presidenciales.
Ahora, como secretaria de la presidencia y líder del partido de Milei, ha dado forma a la maquinaria política de su hermano, negociando alianzas con otros políticos y eligiendo candidatos.
“Ella es el jefe”, ha dicho a menudo Milei de su hermana. “Soy solo un divulgador”.
Milei declinó ser entrevistada para este artículo y no respondió a una lista de preguntas. Casi nunca habla con los medios de comunicación y rehúye en gran medida las apariciones públicas, aunque participó en un concurso canino en televisión con su perro, Aaron.
En las últimas semanas, Karina Milei, de 52 años, ha dominado las portadas, y su nombre se ha coreado en protestas callejeras. La filtración de un audio en el que hacía declaraciones aparentemente inofensivas provocó una orden de silencio de los jueces, que prohibieron que los medios de comunicación siguieran difundiendo las cintas.
Como Milei es un enigma, se ha especulado mucho sobre ella, incluyendo rumores de que se comunica con los animales y practica la adivinación.
Lo que no se presta a especulaciones es el vínculo con su hermano. Más de una decena de políticos y activistas que han trabajado con los hermanos —varios de los cuales hablaron bajo condición de anonimato por temor a represalias— describieron en entrevistas una relación inextricable que vincula a Milei con su hermano y con el poder político en Argentina.
Para “tener una relación con Javier Milei hay que tener una relación con Karina”, dijo Iñaki Gutiérrez, un joven activista cercano a Milei.
Algunos dijeron que Milei era una trabajadora incansable, mientras que otros la calificaron de diligente purgadora de voces que discrepan, pero todos coincidieron en su inflexible y férrea lealtad a su hermano. “La lealtad no es una opción: es una condición”, escribió Karina Milei en una rara publicación en X.
La devoción es mutua. Milei ha llamado a su hermana “el ser más maravilloso que existe en el universo”, y ha elogiado su “pureza” y su elevada moral. Milei, que a menudo convoca “fuerzas celestiales” para que lo acompañen, ha comparado a su hermana con el profeta Moisés, y la ha presentado, con alas de ángel, en un documental.
El vínculo entre los hermanos se selló temprano. Crecieron en un barrio de clase media de Buenos Aires, con un padre que, según ha contado Milei a muchos amigos, solía pegarle mientras su madre se mantenía al margen. Según el mandatario, la única persona que intentó protegerlo fue Karina.
Cuando se hicieron adultos y permanecieron solteros y rodeados de perros, personas cercanas a ellos dijeron que Karina continuó desempeñando su papel como guardiana de su hermano.
Carlos Kikuchi, senador por la provincia de Buenos Aires y estratega político que trabajó estrechamente con Milei, dijo que ella era “la única persona en la cual Javier confía plenamente, con lo cual ella controla el 100% de su agenda presidencial”.
Antes de separarse por lo que Kikuchi dijo que eran diferencias políticas, él y Karina Milei ayudaron a convertir las diatribas televisadas de su hermano en un movimiento que aprovechó la frustración de muchos votantes con la clase política para ser elegido líder del país en 2023.
Durante la campaña, Milei gestionó la cuenta bancaria de su hermano, incluyendo el cobro de sus nóminas y el pago de sus facturas de servicios públicos, dijo Kikuchi. Su control era tan minucioso, dijo Mila Zurbriggen, exdirigente de las juventudes del partido de Milei, que se aseguraba personalmente de que Milei tuviera bebidas energéticas Monster cada vez que viajaba para dar mítines.
La respuesta de Milei a muchas peticiones es “háblalo con Kari”, según las personas que han hecho las peticiones.
Entre ellas figura Juan Carlos Pallarols, un conocido platero argentino quien dijo que, antes de que Milei fuera elegido, lo invitó a cenar y le dijo que se pusiera en contacto con su hermana, quien le pidió 2000 dólares y le envió un número de cuenta bancaria. Milei confirmó en una entrevista de 2023 con Bloomberg que cobraba por las reuniones (Pallarols dijo que se negó a pagar).
Un escándalo de criptomonedas en el que están implicados el presidente argentino y un consultor estadounidense ha dado lugar a acusaciones de que Karina Milei aceptó pagos por acceder a su hermano incluso después de que él se convirtiera en presidente.
El consultor, Hayden Davis, dijo en mensajes de texto obtenidos por The New York Times que “envío $$ a su hermana y él firma todo lo que digo”.
Ahora los mensajes forman parte de una demanda presentada en julio ante un tribunal federal de Manhattan por un hombre que afirma ser víctima del escándalo, en el que se ha estafado a los inversionistas 250 millones de dólares. Guillermo Francos, jefe de gabinete del gobierno argentino, dijo que Karina Milei no recibió ningún pago y el mandatario negó haber recibido dinero.
En una controversia más reciente, una grabación filtrada a los medios de comunicación argentinos y atribuida a un funcionario del gobierno afirmaba que Karina Milei se había beneficiado de una trama de sobornos relacionada con una empresa farmacéutica.
La grabación no se ha verificado y el mandatario le dijo recientemente a un periodista que el funcionario había mentido.
En otras cintas filtradas, que un portavoz del gobierno dijo que eran grabaciones ilegales de Karina Milei en un edificio gubernamental, se le oye instar a sus interlocutores a permanecer unidos.
“El jefe en el ojo de la tormenta”, decía un titular de Perfil, un sitio web de noticias argentino.
Las mujeres cercanas a los presidentes argentinos ya han desempeñado papeles destacados en la historia del país. El caso más famoso es el de Eva Perón, quien dio forma a la imagen, la presidencia y el legado de su marido, Juan Perón, alcanzando para muchos el estatus de semidivinidad como defensora de las mujeres y los pobres.
Karina Milei es distinta. Más que articular políticas, se centra en el funcionamiento político porque a su hermano —un economista obsesionado con la economía— “le aburre”, dijo Agustín Spaccesi, legislador de la ciudad de Córdoba.
Algunos detractores de Milei dijeron que la hostilidad de ésta hizo que los expulsara del movimiento político del presidente.
“Karina fue la que los echó”, dijo Ivan Dubois, político y miembro del partido de Milei.
Algunos criticaron las expulsiones por bruscas o inexplicables. Quizá la falta de claridad llevó a algunos a atacar a Milei por motivos sobrenaturales.
“Quizás yo salí mal parado en una sesión donde invocó espíritus”, dijo Carlos Maslatón, economista y antiguo aliado de Milei, quien dijo haber sido marginado.
Juan Grabois, político de la oposición, dijo en una entrevista difundida en YouTube que Milei “aplica mecanismos esotéricos contra sus enemigos”.
Aunque ninguno de sus críticos ha ofrecido pruebas, en un país donde el esoterismo está profundamente entretejido en el tejido cultural, los rumores se han convertido en parte de la conversación pública sobre Karina Milei. La Nación, uno de los periódicos más importantes de Argentina, escribió que Milei “ahondó en las aguas del tarotismo para ayudar a su hermano a comunicarse con Conan”, su perro muerto.
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Algunos aliados dijeron que las acusaciones de brujería se han utilizado durante mucho tiempo para atacar a las mujeres.
“Karina es una mujer espiritual, nada más”, dijo Lilia Lemoine, legisladora y estrecha aliada de los Milei, a Cenital, otro sitio web de noticias argentino. “Por ser una mujer y tener sensibilidades se la ha tratado de bruja, que es lo que pasa desde la Inquisición”.
En medio del torbellino de escándalos y habladurías, Karina Milei se concentra en las cruciales elecciones del mes que viene. El presidente intenta conseguir un mayor apoyo del Congreso para su plan de frenar la inflación y hacer drásticos recortes del gasto.
“Voy a seguir acompañándolo”, dijo en un discurso poco habitual, “así como lo hice cada etapa de su vida”.

