Internacional

Fiestas de Halloween se ponen de moda en Cuba

El aumento de la popularidad del Halloween es una de las muchas manifestaciones de las décadas de entrelazamiento de las culturas de Cuba y EE. UU.

Varios jóvenes bailan durante una fiesta de Halloween en una residencia particular en La Habana, Cuba. (Foto Prensa Libre: AP).

Varios jóvenes bailan durante una fiesta de Halloween en una residencia particular en La Habana, Cuba. (Foto Prensa Libre: AP).

Un adolescente vestido de Batman bailaba entre la puerta a ritmo del reguetón durante una fiesta de Halloween en el apartamento del primer nivel de un proyecto de viviendas de la era soviética en la capital de Cuba.       

Sobre una mesa a un lado, velas emitían su luz parpadeante desde el interior de linternas de calabaza.       

Marilyn Álvarez daba el toque final con maquillaje rojo alrededor de los de Luis Ramos, estudiante de secundaria de 19 años, que estaba vestido de diablo.       

Numerosos adolescentes disfrazados de esqueletos, brujas y un verdugo bailaron bajo luces de discoteca, comieron pastel de calabaza y tomaron bebidas cremosas que tenían ron.       

La hija de Álvarez, Alannís Rodríguez, estudiante del doceavo grado, estaba vestida de diabla y posó para la foto con su perro, un pug al que había vestido de bebé.       

Inspirados en películas y programas de televisión estadounidenses pirateados, los jóvenes cubanos han puesto de moda en la isla las fiestas de Halloween al estilo de Estados Unidos.       

La costumbre del Halloween estadounidense de que niños pidan golosinas casa por casa no se ha establecido en Cuba, pero este fin de semana muchos alumnos de primaria, secundaria y universidad han disfrutado —con disfraces y bailes— una festividad que pocos conocían de niños. 

“Es una cosa fuera de lo habitual”, dijo Ramos, uno de los compañeros de escuela de Alannís Rodríguez. “No lo celebramos antes, mucho tiempo más atrás, porque no era la costumbre. Es lo que siempre hemos visto en las películas, en las series”, agregó      

El aumento de la popularidad de esa festividad estadounidense es a pesar del medio siglo de hostilidades entre los gobiernos de ambos países.       

Los cubanos están inmersos en la cultura popular estadounidense y cada vez más en los productos norteamericanos que los expatriados traen cuando visitan a sus familias en la isla.       


Durante la fiesta de Rodríguez en el este de La Habana, efectuada el viernes último en la noche, los disfraces variaron desde los caros —importados y rentados— hasta los elaborados a mano con objetos encontrados en casa.       

“Los recursos no están completos. Hay quien puede alquilar el traje y ponérselo; hay quien no logra alcanzarlo, se celebra como se puede”, agregó.       

Yasmanni Manuel, estudiante de una academia de la marina mercante, se disfrazó de brujo. Dijo que estaba feliz de tener una nueva razón para reunirse con sus amigos.       

“Es una nueva tendencia”, afirmó. “Es una fiesta muy bonita”, apuntó.

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