“Aquí el Papa va a hablar a favor de los migrantes y esa voz va a llegar a todo el mundo”, dijo a DPA el director de la Casa del Migrante, el sacerdote Francisco Javier Calvillo Salazar, que por 16 años ha trabajado en apoyo a este grupo vulnerable.
“Es alentador saber que desde mi ciudad se puede escuchar esa voz y qué mejor voz y persona que sea escuchada a nivel mundial que el Papa”, afirmó.
El 17 de febrero el pontífice cerrará su visita de cinco días a México en Ciudad Juárez, donde las víctimas de violencia, obreros y migrantes tendrán una atención especial.
En la misa, por parte de la Casa del Migrante “tendremos un grupo de 100 personas en un lugar especial porque así lo pidió el Papa”, señaló el sacerdote. Una familia de migrantes del estado de Oaxaca, que se asentó en Ciudad Júarez, entregará las ofrendas.
“Es una familia que viene de uno de los estados más pobres, vinieron a buscar una mejor vida, y hoy ya tienen una casa y trabajo. La mujer es muy católica y servidora y hemos visto el progreso, todo lo que sufrieron al dejar familia, cultura. Batallaron y hoy siguen adelante”, relató Calvillo.
En 2015 la Casa del Migrante recibió a seis mil 358 personas de diferentes partes de México y Centroamérica, que llegaron por sí mismas o fueron enviadas al albergue por alguna dependencia gubernamental.
“Nosotros que trabajamos con los migrantes compartimos sus historias, su sufrimiento, hay muchos secuestros, violaciones, trata de personas, muchas 'cuotas' (extorsiones), golpes, mutilaciones, esclavitud de niños, jóvenes y adolescentes, familias”, afirma.
Mas del 50 por ciento de los que llegan a la Casa del Migrante son centroamericanos. Una de ellas es Yamilé, que durante 13 días viajó desde Honduras con la intención de alcanzar Estados Unidos, acompañada por sus hijos de seis y ocho años.
A bordo de “La Bestia” recorrió México. Subió a ese tren de carga pensando que se dirigía a Piedras Negras, en el estado de Coahuila, pero llegó a Ciudad Juárez, en Chihuahua.
Llora al recordar los días de camino que parecían interminables, las llagas en los pies de sus hijos, el frío y cansancio. Sin embargo, asegura que vale la pena buscar una vida mejor ya que en su país las deudas, la pobreza y la delincuencia hacían su vida imposible.
“Estos días fueron un infierno, pero mi vida allá también lo era, día a día vivir de esa manera y sin ninguna esperanza de mejorar”, dice con voz apenas perceptible la mujer de 36 años que encontró refugio y comida en el albergue, donde aguarda el momento oportuno para poder cruzar. “Dios me va ayudar, me ayudó hasta aquí y sé que voy a llegar”, dice convencida.
El Instituto Nacional de Migración atendió el año pasado en Ciudad Juárez los casos de 9.641 personas, de las cuales 1.147 fueron extranjeros y 8.494 mexicanos repatriados.
210 mil personas presenciará la misa de Francisco desde el lado mexicano.
6,358 personas de México y Centroamérica recibió en 2015 la Casa del Migrante en Ciudad Juárez.
50% de los inmigrantes que llegan con de Centroamérica.
El 95 por ciento de las deportaciones en el estado de Chihuahua se hicieron por la Garita Libertad, ubicada en el Puente Internacional Santa Fe, que comunica El Paso con Ciudad Juárez, según las cifras que dio a DPA el portavoz de la dependencia federal, Luis Carlos Cano Covarrubias.
Todos los días cientos de personas cruzan de un lado a otro. Al ser ese el punto de principal de deportación de mexicanos, el centro de Juárez se ha convertido en hogar de aquellos que ya no volvieron a su lugar de procedencia.
“Toda mi familia está del otro lado, a mí me deportaron por manejar borracho y acá estoy solo, allá se quedaron todos”, dice Martín, un hombre de avanzada edad que, a cambio de monedas, carga las bolsas de mercancía traída desde El Paso.
Como Martín, decenas de migrantes que no retornaron a su lugar de origen viven de propinas, en la indigencia, vendiendo artículos o pidiendo limosna. Para muchos de ellos, las calles se han convertido en su casa.
Reporte de la cadena CNN que muestra un cruce de la frontera en 2014.
Chiapas liberará presos
Más de 100 presos encarcelados por delitos menores serán liberados en el estado mexicano de Chiapas con motivo de la visita del papa Francisco, anunció el miércoles el obispo Felipe Arizmendi.
“El próximo día 10 de febrero se va a anunciar la liberación de más de 100 presos con ocasión de la visita del papa, que hemos tramitado nosotros como diócesis”, dijo Arizmendi en entrevista con la agencia dpa y otros medios alemanes.
“Aquí hay muchos detenidos en las cárceles por causas relativamente pequeñas y no pueden salir por falta de dinero (para las fianzas)”, explicó el obispo de San Cristóbal.
Francisco estará en Chiapas el 15 de febrero, como parte de una visita de cinco días a México, la primera que hará a este país, con escalas también en la capital mexicana, Ecatepec, Morelia y Ciudad Juárez.
