Shalit llegó procedente de Egipto, ayer por la tarde, al pueblo de Mitzpé Hila, en Alta Galilea, norte de Israel, donde vive su familia. El sargento de 25 años fue llevado en helicóptero y fue recibido por sus padres y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

“Hoy somos testigos de la resurrección de un hijo. Hoy terminamos un largo y agotador viaje que comenzó en junio del 2006”, se felicitó su padre Noam Shalit, que efectuó una campaña incesante por la liberación de Gilad.

El soldado Shalit dijo esperar que su liberación a cambio de la de centenares de palestinos “ayude a realizar la paz”.

Al liberar a mil 27 prisioneros, muchos de los cuales con sangre en las manos, Israel consintió en pagar el precio proporcionalmente más elevado para recuperar a un solo soldado. Es la primera vez en 26 años que un soldado israelí capturado regresa vivo a su país.

Un segundo grupo de 550 detenidos palestinos debe ser liberado en los próximos dos meses, conforme al acuerdo concluido el 11 de octubre último entre Israel y Hamás por intermedio de Egipto.

Justo después del anuncio de su traslado hacia Israel fue liberado el primer grupo de prisioneros en Cisjordania y en Gaza, en donde fueron recibidos por dirigentes palestinos y sus allegados en medio de escenas de júbilo.

Israel, que tiene ocupados militarmente los territorios palestinos de Gaza y Cisjordania desde 1967, vive en constante enfrentamiento con los palestinos, quienes ahora demandan en la ONU ser reconocidos como un Estado independiente.