Internacional

Múnich, una ciudad en pánico tras ataque a centro comercial

Los disparos comenzaron de un momento a otro, salvajemente, pocos minutos antes de las 6 de la tarde. En un primer momento nadie sabía si había muertos o heridos, pero la noticia sobre el tiroteo en un centro comercial en Múnich se expandió en minutos como reguero de pólvora a través de las redes sociales.

Un mujer huye con su bebé del centro comercial donde se produjo la balacera en Múnich. (Foto Prensa Libre: AP).

Un mujer huye con su bebé del centro comercial donde se produjo la balacera en Múnich. (Foto Prensa Libre: AP).

Entre tanto, la Policía comunicó que hay ocho muertos. A las 17:52 se había recibido el primer llamado de alarma por el ataque en el centro comercial ubicado en el norte de Múnich. Poco después, otra alarma por escenas de pánico en el centro la ciudad alemana, en la plaza Karlsplatz, también llamada Stachus.

La gente lloraba, estaba desesperada de miedo, huía o buscaba refugio en edificios de oficinas y restaurantes. Por todas partes, se veía policía fuertemente armada. Los recuerdos de Niza o del ataque en el tren en Würzburgo están demasiado frescos.

Una joven sentada en las escaleras de piedra de un edificio de oficinas lloraba desconsoladamente. “No quiero morir”, decía, mientras otra mujer intentaba calmarla. “Aquí estás a salvo”, le respondía.

En el sótano del restaurante “Il Sogno” había entre 20 y 30 personas. En Twitter, bajo el hashtag #puertasabiertas se ofrecía un sitio seguro a los transeúntes.

El Marienplatz y la zona peatonal en el centro de la ciudad, normalmente un centro de atracción y esparcimiento, se vació en pocos minutos. También las tiendas en el centro cerraron sus puertas mucho antes de lo previsto.

Sobre la ciudad volaban helicópteros de la Policía, en todas partes se oían sirenas y ambulancias. Todo estaba paralizado: la red de metro, de trenes, tranvías y autobuses. A toda prisa se evacuó la estación central de trenes, mientras la gente huía a través de las vías del ferrocarril hacia sus casas. Además, en las calles había innumerables atascos.

Mientras, una turista italiana preguntaba dónde podía estar segura. “Lo mejor es que vaya a un restaurante. Salga de la calle”, le aconsejaron.

En el noreste de la ciudad, allí donde se registraron los disparos en el centro comercial, regía el estado de excepción. Rápidamente la Policía cercó y evacuó la zona. Pero del autor o los autores del ataque no hay rastros. Seguía prevaleciendo la incertidumbre y la Policía pidió a los ciudadanos que permanezcan en sus casas.

Un viernes por la tarde normalmente la zona está en plenitud. Todas las grandes marcas tienen tiendas en el centro comercial.

“Por supuesto que hay preocupación, tengo una sensación extraña”, señalaba una empleada de una tienda ubicada a unos dos kilómetros del sitio del ataque. “Mi familia está preocupada sobre todo porque no pude ubicar a mi hermano y a mi hermana. Probablemente estaban comprando allí”, explicó.

Lo peor es la incertidumbre. ¿Fue un hecho cometido por un loco, por venganza o por celos? ¿O fue un ataque terrorista, posiblemente cometido por varios autores? La Policía, en tanto, habla de tres fugitivos fuertemente armados.

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