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La boda se celebró en junio en la provincia de Narathiwat, en el sur de Tailandia, fronteriza con Malasia y poblada por mayoría musulmana.
La pequeña regresó el miércoles a Tailandia tras la “inmensa presión ejercida por los medios malasios”, explicó el gobernador de Narathiwat, Suraporn Prommool.
La niña era la tercera esposa del hombre.
El gobernador indicó que la niña estaba recibiendo atención psicológica debido al enorme interés que suscitó su caso.
Suraporn Prommool afirmó que este matrimonio no era conforme al derecho civil de Tailandia, donde la población es mayoritariamente budista, y que la ceremonia se había celebrado bajo los auspicios de un consejo islámico. Los padres de la pequeña, agregó el gobernador, dieron su acuerdo.
“No podemos hacer nada (para anular el matrimonio) porque se casaron por la ley religiosa”, agregó.
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El novio, un comerciante, se expone a una pena de seis años de prisión si se demuestra que no obtuvo la autorización necesaria en Malasia.
La novia nació en Tailandia de padres que trabajan en las enormes plantaciones de caucho en Malasia. Su conocimiento de la lengua tailandesa es básico según Suraporn Prommool.
Los defensores de los derechos de los niños en Malasia militan por una modificación de la ley para poner fin al matrimonio infantil, que según ellos es muy común.
Unos 16.000 malasios menores de 15 años están casados, aseguran.
Una representante del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), afirmó que este caso es “escandaloso e inaceptable” y urgió a las autoridades a prohibir el matrimonio infantil.
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