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Las autoridades locales dijeron que el religioso pidió a sus feligreses de Sabanalarga, Atlántico, Colombia, que renunciaran a sus trabajos para el ansioso día de la reunión con Jesús.
Los convenció de que, tras el arrebatamiento, no necesitarían ninguno de sus bienes materiales
De acuerdo con diarios locales, algunos vendieron todo lo que tenían y le entregaron el dinero a Ferrer, quien también les había exigido un largo y riesgoso ayuno.
El hecho, además, causa indignación, ya que varios niños fueron rescatados por entidades gubernamentales tras el ayuno obligatorio.
El mismo pastor, que de acuerdo a los medios contaba con una impecable carrera, renunció a su puesto como catedrático en una universidad local, para esperar la llegada de Cristo, que, por supuesto, nunca ocurrió.
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Cuando algunos miembros de la iglesia encararon al pastor, este les explicó que algunos de los muertos que llevaron una vida cristiana resucitarían en los próximos días.
Así, en esa localidad, algunos aún esperan que Cristo baje del Cielo, que los muertos resuciten o que, al menos, puedan recuperar su dinero.
