La víctima dijo “sentirse avergonzada pues el oficial hablaba en inglés a sus colegas que se reían”, señaló el canal NBC, que ayer divulgó la denuncia basado en documentos oficiales.
“Tratamos a las personas bajo nuestra custodia con dignidad y respeto” y “tomamos todas las acusaciones con seriedad e investigamos cualquier acusación formal”, dijo este miércoles un portavoz del Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés).
CBP indicó que esa denuncia ya estaba siendo investigada por la oficina del inspector general del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés), una especie de auditor que ya ha criticado en otras oportunidades las condiciones en las que son mantenidos los inmigrantes en custodia.
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NBC detalló otros relatos de menores detenidos en el puesto fronterizo de Yuma, Arizona, oeste de Estados Unidos.
Un chico de 16 años sostuvo que luego de que se quejaron en su celda del sabor del agua y la comida que les ofrecieron, los agentes les retiraron las colchonetas y los hicieron dormir sobre el concreto.
Otro de 17 aseguró que los oficiales a veces los insultaban y regañaban si se acercaban a la ventana.
“Las acusaciones no se alinean con la práctica común en nuestras instalaciones y serán investigadas a fondo”, insistió el portavoz de CBP.
La semana pasada, DHS alertó sobre el “peligroso hacinamiento” en centros de reclusión de migrantes en Texas, donde muchos niños no tenían acceso a duchas o cambios de ropa y otros a comida caliente.
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El informe incluyó fotografías de estos centros, donde aparecían decenas de migrantes, entre ellos niños pequeños, amontonados en celdas.
El presidente Donald Trump busca constantemente impulsar políticas que frenen la inmigración ilegal, compuesta en su mayoría por personas que escapan de la violencia y la pobreza de sus países, por lo general de América Central.
