Comunitario

La estabilidad no ha reducido la pobreza

Los gobernantes que tomen posesión el 14 de enero del 2016 tendrán ante sí una paradoja: los indicadores macroeconómicos estables y sanos forman la carta de presentación de Guatemala en los últimos años, pero esa estabilidad y desarrollo no han servido para reducir la pobreza, sino que la han aumentado.

Analistas explican que la economía nacional es la más estable de Centroamérica, tiene una inflación entre las más bajas del área y un perfil de deuda pública que se ubica entre los parámetros adecuados.

De 1996 a 2014, la tasa de crecimiento del producto interno bruto (PIB) ha variado entre 2.4% y 4.6%. Ha habido excepciones, como en el 2006 y 2007, cuando registró 5.4% y 6.3%, respectivamente. En el 2009 reflejó la crisis internacional con solo 0.5%.

Desigualdad

Los años de crecimiento no han sido suficientes para reducir la pobreza, sino que la han incrementado. En el 2000 había 6.4 millones de personas en situación de pobreza y en el 2011 había subido a 7.9 millones.

Esa situación se produjo pese a que la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida del 2011, del Instituto Nacional de Estadística (INE), señalaba que la pobreza se había reducido de 56.19% a 53.71%.

Uno de los principales aspectos por los que la economía familiar no percibe la estabilidad macroeconómica es porque se ve afectada por la falta de empleo, coincidieron Erasmo Velásquez, exdirector de la Escuela de Economía de la Universidad de San Carlos y Carlos González, analista de la Asociación de Investigaciones y Estudios Sociales (Asíes).

“El sistema económico no es capaz de generar suficientes fuentes de trabajo que le den la oportunidad a los jóvenes que buscan integrarse a la vida laboral”, refirió González.

Aquí se incluye la demanda de unas 160 mil personas que se integran a la fuerza laboral cada año, entre estos unos 110 mil graduandos.

El desempleo en el 2014 se reportó en 2.9%, según la Encuesta Nacional de Egresos e Ingresos (Enei), y se ha mantenido entre esa cifra y 4.1% entre el 2002 y 2014. La informalidad sigue alta, ya que en el 2014 se ubicó en 65.8%, la más reducida de los últimos años, según la Enei.

Bajos ingresos

Velásquez agregó que en muchos casos el pago de salario no responde al mínimo fijado en el país.

La inflación se muestra estable (2.95% a diciembre del 2014 y abril del 2015 de 2.58%) y dentro de rangos aceptados.

El problema es que el salario mínimo fijado en el 2015, en Q2 mil 644.40 para el campo y la ciudad, y para las maquilas, en Q2 mil 450.95 no alcanza para cubrir la canasta alimentaria de Q3 mil 315 mensuales y la canasta vital (alimentos, transporte, vestido, salud, etcétera), de Q6 mil 049.27 al mes para una familia de cinco integrantes, según el Índice de Precios al Consumidor, a abril del 2015.

“Los salarios no se incrementan de manera consistente. Ya no es suficiente y se ha vuelto normal que ambos padres trabajen para llevar sustento a la familia”, señaló González.

Falta equidad

La distribución de la riqueza es otro punto. En los últimos años el país ha producido más, pero no ha habido distribución de riqueza equitativa, porque solo ha beneficiado a unos cuantos, según los analistas.

La desigualdad es medida con el índice de 0 y 1, mientras más lejano sea al cero más desigual es un país dentro del Índice de Desarrollo Humano.

En el 2014 Guatemala fue calificada con 0.52, superior a Honduras (0.48), Nicaragua (0.45), El Salvador (0.44) y Costa Rica (0.34).

González agrega que el ingreso per cápita en Guatemala es uno de los más bajos de la región y se debería a factores de tipo estructural “controversiales y difíciles de cambiar” como la concentración de los medios de producción, la tierra, industria y banca.

Juan Carlos Zapata, director ejecutivo de la Fundación para el Desarrollo de Guatemala, opina que “no se espera que la macroeconomía resuelva la pobreza”, sino que se necesitan políticas públicas que permitan fortalecer otras áreas del país.

Obstáculos

El directivo citó a Ricardo Hausmann, director del Centro de Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard, quien refirió que Guatemala crece “muy por debajo de su potencial” por cuatro factores: la desnutrición crónica que limita el desarrollo de la persona, y la baja calidad educativa que no permite inversiones con alto potencial de crecimiento.

También menciona la inseguridad, porque hay 31 homicidios por cada cien mil habitantes. “Somos uno de los países más violentos del mundo”, señala Zapata.

El cuarto factor es la debilidad institucional porque el Estado está “cooptado” por mafias, incluyendo las que se dedican a la corrupción”, agrega.

Según Zapata, la estabilidad macroeconómica y financiera se refleja en un beneficio al núcleo familiar en estabilidad de precios, mejor acceso a servicios financieros y estabilidad del tipo de cambio, que evita cambios drásticos en tasas de interés, aunque —reconoce— esos factores favorecen principalmente a la clase media.

ESCRITO POR:

Rosa María Bolaños

Periodista de Prensa Libre especializada en medios escritos y radiales en temas de energía eléctrica, empleo, impuestos, empresas y negocios con más de 20 años de experiencia.