La jueza dijo que en aras de que prevalezca el derecho a la defensa y para que el exjefe de Estado de facto goce de sus derechos, decidió aplazar para mañana la reanudación del juicio.

Barrios señaló que, en caso de que García tampoco pueda acudir mañana al debate, se le permitirá a Ríos Montt “que pueda traer a sus dos anteriores abogados, aún cuando se declaró el abandono“.

La titular del Tribunal se refería a Marco Antonio Cornejo y Danilo Rodríguez, quienes abandonaron la defensa del anciano militar el pasado 18 de abril, bajo el argumento de que se estaban cometiendo “ilegalidades”  durante el juicio.

Se desconoce si el exjefe de Estado atenderá esa sugerencia de la jueza y si los dos juristas aceptarán defender de nuevo a Ríos Montt.

La jueza también descartó anular el juicio que se inició el pasado 19 de marzo, como lo solicitó García, quien la denunció por prevaricato  (abuso de autoridad) tras haberlo expulsado de la sala de la Corte Suprema de Justicia  (CSJ) donde se celebra la vista.

Explicó que en su resolución, la Sala Tercera de Apelaciones que amparó en forma definitiva al abogado de Ríos Montt, dejó en sus manos la decisión de anular o no el proceso.

“Nosotros estamos cumpliendo con la ley y con las resoluciones, y nosotros no anulamos este debate“, sentenció.

Sin embargo, Barrios no explicó si admitirá la recusación presentada en su contra por el abogado y se limitó a señalar que enviará su decisión por escrito al jurista.

El juicio por genocidio y delitos contra la humanidad a que son sometidos Ríos Montt, quien gobernó de facto Guatemala entre 1982 y 1983, y Rodríguez, se encuentra en su recta final.

El pasado 2 de mayo, la jueza dejó en suspenso temporalmente el juicio para que el abogado Otto Ramírez, designado por el Instituto de la Defensa Pública Penal como defensor de oficio de Rodríguez, conozca el proceso y los resultados de las audiencias realizadas.

Los militares retirados son acusados por la Fiscalía de ser los responsables intelectuales de la muerte de 1 mil 771 indígenas ixiles en varias matanzas perpetradas a comienzos de la década de 1980 por el Ejército en el departamento noroccidental de Quiché.