(Escrito domingo 14 a las 11 a.m.) Ayer tomaron posesión las autoridades electas para el Organismo Ejecutivo y para el Organismo Legislativo, y hoy toman posesión las corporaciones municipales en 340 municipios. Todos fueron electos para servir al país y a sus municipios por un período constitucional de cuatro años.

Del 25 de junio del 2023 a hoy se han puesto a prueba la Constitución Política de la República de Guatemala, los tres organismos de Estado y varias instituciones, como la Corte de Constitucionalidad, el Tribunal Supremo Electoral y el Ministerio Público. No se rompió el orden constitucional y se puso a la vista la politización de la justicia y judicialización de la política que viene de enseñanzas de la Cicig. Hubo un problema muy serio: el Octubre Negro. La limitación de libertades con las ilegalidades cometidas en los bloqueos, los que afectaron a la economía del país y a la educación y salud de muchos. Los ciudadanos no debemos permitir que atropellen nuestros derechos limitando la libre locomoción.

Del río revuelto la ganancia fue de los ciudadanos guatemaltecos, que logramos ver el funcionamiento de la estructura constitucional y legal del país, pero también el político. El binomio que asume el poder Ejecutivo sabe perfectamente que sin tender puentes y sin acuerdos con sectores de poder legal no pueden gobernar el país. Así como formaron el gabinete anunciado el 8 de enero, donde hay profesionales de diferentes pensamientos políticos y de diferentes orígenes y trayectorias, es como seguramente gobernarán. Es reprochable que la presión de grupos de interés ideológicos contra la designada ministra de Energía y Minas que llegaba de la gremial de generadores de energía renovable, gremio que ha hecho mucho bien al país, haya hecho que renunciara a la designación.

Hoy toman posesión las 340 corporaciones municipales. Muchas de ellas serán del partido del gobierno saliente, otras de la UNE, algunas de Cabal, pocas de Valor-Unionista y menos del Movimiento Semilla. La de mayor peso en el país es la Municipalidad de Guatemala, donde se asienta la capital del país. Los municipios que forman la gran área metropolitana son claves. Muchas del interior son representativas de la urbanización del país, las cuales deben tener sus planes para que sean un lugar digno de vivir, pero también hay muchísimas en la ruralidad donde hay visible ausencia del Estado y donde los recursos municipales son pocos para las necesidades, por lo que deben trabajar ordenadamente vía fondos de los consejos de desarrollo.

El país ha estado políticamente polarizado producto de liderazgos que han buscado llevar al enfrentamiento ideológico, asunto que no resuelve las verdaderas necesidades de las grandes mayorías. Lo que resuelve las necesidades son las oportunidades que cada individuo tenga en el marco de la libertad, la propiedad y el estado de Derecho. A eso se deben sumar los servicios que provee el sector público, donde el actuar eficiente y transparente de las municipalidades es fundamental.

Nos vienen cuatro años donde el organismo Ejecutivo debe demostrarnos que, aunque fue electo por un bajo porcentaje, fue electo por su mensaje de cambio, ofreciendo eliminar la corrupción. Tendrán que gobernar sin control del organismo legislativo. No tienen los votos para crear nuevas leyes ni para aprobar presupuesto de la Nación con facilidad. Deben trabajar con las municipalidades y deben crear un sistema de control interno y auditoría a las instituciones donde se vaya evidenciando la transparencia. El uso adecuado y eficiente de los recursos económicos es fundamental y para eso deben designar a funcionarios probos, decentes, inteligentes, sensatos y amigables al bien común.

Los ciudadanos velaremos porque cumpla con lo ofrecido y para que no polaricen más a la sociedad.