Con otra mirada
Alfonso Yurrita, planificador y conservador
En 1967 Alfonso trabajaba en el Instituto de Fomento Municipal —Infom— al tiempo que los viejos maestros, junto a otros académicos, se afanaban en proteger a La Antigua Guatemala.
El pasado sábado, mientras compartía mi artículo de prensa con amigos, a las 5:09 horas falleció Alfonso Yurrita Cuesta acompañado de Eugenia Urigüen, su esposa e hijos Álvaro y Jenifer, Ana Luisa, Irene y Johnny, y nietos Iker, Ian, Olivia y Peter. Fue mi profesor de urbanismo. En pocos años nos hicimos colegas. Fueron el tiempo, la homogeneidad de formación, principios y valores por lo que nos hicimos amigos, para resultar siendo, desde las distintas instancias en que actuamos, cómplices solidarios en la lucha por la planificación del territorio y conservación del patrimonio cultural.
Destaca el edifico El Patio, por innovar el paisaje urbano con su volumetría y riqueza espacial.
En 1967 Alfonso trabajaba en el Instituto de Fomento Municipal —Infom— al tiempo que los viejos maestros, junto a otros académicos, se afanaban en proteger a La Antigua Guatemala. Su tesis de graduación fue La vivienda en Antigua Guatemala. Viendo las cosas en retrospectiva, impresiona cómo entonces las instituciones cumplían la función para las que fueron creadas. Por ejemplo, en ese año le fue solicitado al Infom elaborar un Plan Regulador para la histórica ciudad. Alfonso lo preparó bajo la dirección del arquitecto Federico Fahsen Ortega. Instrumento que contribuyó a la formulación de la Ley Protectora de La Antigua Guatemala aprobada en 1969.
A la sazón, él tenía 35 años y yo 22. La emisión de la Ley no pasó desapercibida, pero el Consejo Nacional para la Protección de La Antigua Guatemala empezó a funcionar hasta 1972, cuando el Estado otorgó fondos para su funcionamiento e inversión. El Plan Regulador fue actualizado en 1974 y aprobado por la municipalidad el 7 de agosto. El Plan sigue vigente, pero no se cumple.
Su formación profesional se enriqueció con cursos de postgrado: Gestión Pública, Urbana y Municipal, Economía y Territorio, Políticas Urbanas, Planificación y Administración; con trabajo institucional, libre ejercicio de la profesión, docencia y representación gremial; fue presidente del Colegio de Arquitectos en 1977-78.
Junto a su entrañable amigo, Carlos Rigalt, diseñó los Institutos Básicos y Diversificados de Educación Media de La Antigua Guatemala y San Benito Petén. Destaca el edifico El Patio, por innovar el paisaje urbano con su volumetría; riqueza espacial y magistral interpretación contemporánea de la vivienda de La Antigua Guatemala —alrededor de un patio central—, ejemplo de arquitectura propia, con raíces culturales.
Como jefe del Programa de renovación urbana de la municipalidad capitalina, condujo el Plan de rescate del centro histórico, post terremoto de 1976, y como coordinador de la Unidad de planificación urbana, el programa de revalorización del Centro Histórico con proyectos arquitectónicos y urbanísticos de la Plaza del Sagrario, Mercado Central, Plaza Mayor y Parque Centenario; creación de estacionamientos y propuesta de peatonalizar la 6ª avenida, de la Plaza Mayor al Centro Cívico. Proyectos que avalamos desde el Colegio de Arquitectos en 1984.
Fue por un atentatorio proyecto comercial, aprobado por la Municipalidad y el Consejo Protector de La Antigua Guatemala en el año 2000, que nos reencontramos para hacer valer el Plan Regulador vigente de 1974. Con su aplicación salvamos a la ciudad del potencial desastre y convencimos al alcalde de crear la Unidad Técnica de Desarrollo Municipal, desde la que formulamos el Esquema de Plan de Ordenamiento Territorial. Contradictoriamente, por sus alcances en bien de la ciudad, al contravenir los intereses pecuniarios derivados del influjo de los especuladores, el alcalde abortó la Unidad.
Con eso coronamos aquella grata y productiva relación, mantenida hasta el sábado pasado.