Meta humanos
Alíes
El valor de la voz e ideas de niñas y mujeres para cambiar el rumbo de nuestro presente y futuro a nivel global.
Las tuve a mi lado desde pequeña, pero no estaba consciente de ellas a mi corta edad, puede ser porque solían estar envueltas en cierta fragilidad y silencio; entre risas nerviosas de timidez o sumidas en el trabajo que les absorbía la mayoría del tiempo y no quedaba más para contarme historias sobre su vida y sus experiencias. Me refiero a mis musas de poder.
3:00 a. m. y la rutina de los lunes iniciaba. Mis padres estaban listos ya en la parada del bus con destino a la ciudad. No era un trayecto fácil, porque llevaban consigo al menos dos bultos de alfombras y ponchos momostecos para venderlos en el Mercado Central. Tiempo después, al trayecto se sumó la familia completa porque decidieron llevarnos a la ciudad para darnos una educación de mayor calidad. Querían que algún día dejásemos los bultos y los cambiáramos por mejores condiciones. Cuando fui mayor, mamá me contó que la autora intelectual de esta idea en realidad fue mi abuela Basilia, porque anhelaba un futuro diferente para ella, como hija, y para nosotros, como nietos.
A pesar de no conocer a ninguna de mis abuelas (ambas murieron muy jóvenes como resultado del corto acceso a la salud y educación) aprendí con ellas a través de sus historias que pedí que me contasen, y en verdad que aprendí lecciones valiosas desde su fragilidad y su fuerza para llevar las riendas de su familia, su casa y negocio. Qué emotivo saber que tuve abuelas con una creatividad gigante y cuánto me hubiese encantado decirles lo valiosas que fueron sus ideas.
Qué valioso es lo que aportamos, porque pensamos siempre en el bienestar de todos.
Ser consciente sobre mis oportunidades presentes gracias a ellas fue crucial para comprometer mi creatividad hacia una meta: ser puente para que más niñas y mujeres guatemaltecas pierdan el miedo por explorar sus ideas y disfrutar compartirlas. Me pregunto ¿cuántas otras fuentes de inspiración tenemos a nuestro alrededor que necesitan escuchar lo valiosas que son? Como país tenemos todo un potencial en liderazgo con empoderamiento y creatividad femenina.
Nuestra población como país es 50.8% femenina, pero a pesar de ello, seguimos siendo las mujeres quienes tenemos los mayores límites en educación y este punto de carencia desencadena mayores retos que obstaculizan un desarrollo para todos. Como diseñadora y mercadóloga, profundicé mi trabajo para hacer llegar herramientas nuevas, primordialmente hacia comunidades remotas donde el silencio de niñas y mujeres poderosas suele ser un hábito cotidiano, por el miedo a expresarse.
Alíes, que en k’iche’ significa niñas, fue el nombre con que elegí vernos para recordar que todas somos creativas y que todas somos hermanas, para ayudarnos y aplaudirnos una a la otra. A lo largo de mis viajes por Guatemala, trabajando con diversas comunidades en 17 de los 22 departamentos, y otros países, he conocido un sinfín de alíes, hermanas que me hacen reflexionar constantemente sobre nuestro potencial y me hacen sentir dichosa por tenerlas como maestras de vida. Empresarias, artesanas, emprendedoras, científicas, académicas, tejedoras, médicas, maestras, madres, hermanas; todas alíes.
Qué valioso es lo que aportamos, porque pensamos siempre en el bienestar de todos. Qué importante es recordarlo no solamente en el mes que conmemora nuestra participación en la sociedad, cada 8 de marzo. Qué valiosa es la valentía de las alíes que me rodean. Gracias a mis catalizadoras de cambio.