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Anuncian una superhumanidad
Fuerte debate sobre avances en manipulación molecular de células.
La ciencia puede trascender los diseños y recursos naturales. No se trata de la incorporación de dispositivos tecnológicos o simplemente mejorar los recursos de la medicina para volver a las gentes más longevas, como bromeaban Putin y Xi Jinping en su encuentro el 3 de septiembre en Pekín, sobre vivir más de 150 años. Tales circunstancias son un gran avance para la humanidad, aunque no suponen la modificación de la naturaleza; en cambio las nuevas tecnologías aplicadas a la modificación de los patrones de vida amplían la biología.
La experimentación científica producirá una transformación en la filosofía tradicional y la ética.
Los científicos han anunciado que en una década podrán crearse bacterias espejo. El ADN y el ARN tienen vórtice a la derecha en los nucleoides, mientras las proteínas tienen los aminoácidos al contrario. George Church, en la revista Science de diciembre pasado, debatió los riesgos potenciales de una bacteria que tuviera ese orden inverso. Se supone que su nueva organización la haría inmune a los bactericidas y otras formas de control biológico.
El Instituto Pasteur, el pasado junio, debatió sobre esa manipulación biológica. Muchos afirmaron que debía detenerse por los riesgos que representaba. En este mes, en la Universidad de Mánchester, se vuelve a discutir lo que se llama genómica y bioseguridad. El organizador Patrick Cai dijo que tal bacteria puede evadir sistema de inmunidad, depredadores naturales y corromper ecosistemas. El próximo año se reunirán en la Universidad Nacional de Singapur, para seguir debatiendo.
Igual pasó con la oveja Dolly; se inició el proceso de clonación, es decir, la reproducción sin la formación de un embrión natural. Para el efecto, se tomó una célula madura y se reprogramó el núcleo, se usó otra célula que indujo a la sucesiva división celular, y luego se implantó en un útero hospedero. Fue el inicio de la investigación sobre células madre por parte de biólogos escoceses. No era necesario tener progenitores.
Ahora, en estas etapas iniciales, se busca formar células espejo. Aunque todavía se está en ensayos experimentales, seguramente se podrá generar en el futuro. Y, ¿por qué no?, especímenes espejo. Este enfoque se conoce como transhumanismo; la dispersión creativa de la humanidad a través de la potenciación de la existencia. El inicio de la vida ocurrió hace millardos de años, es una corriente creadora de un torbellino, donde se generó la conciencia. Esa que permite amar y ser generoso, pero también destruir y negarse a la elevación espiritual.
El transhumanismo desafía el concepto de culminación de la creación. La pretensión de contener la semejanza divina también entra en crisis. Si con la clonación humana se generó el rechazo por considerarla un reto a la formación de una persona bajo cooperación de los sexos, el azoramiento creado impide una adaptación ética.
Dentro del transhumanismo también se encuentra la instalación de dispositivos mecatrónicos en los seres humanos. Si se establecen colonias en la Luna o Marte, los viajeros tendrán implantados dispositivos de localización, monitoreo de salud y eventualmente comunicación con inteligencia artificial. En eso, no se le pedirá permiso a nadie porque el interés de adelantarse a otras potencias seduce a los dirigentes y satisface su rivalidad.
El transhumanismo demuestra la tontería de las guerras. Nada mejora y no se consigue jamás la decisión final. En caso de que un líder enloquecido decida desatar una guerra termonuclear, por vanidad, por esconder un fracaso o, simplemente, por un error, todo puede terminar. En conclusión, el transhumanismo es un reto al pensamiento filosófico; dejó de ser ciencia ficción.