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¿Cómo mejoramos la vida en ciudad?

Las mejores ciudades inspiran, conectan y multiplican oportunidades.

Una mujer sale de su casa antes del amanecer. Vive en las afueras de la ciudad, donde la vivienda es más asequible, pero el costo real lo paga en tiempo y salud. Más de dos horas de camino, respirando humo y atascada en tráfico. Llega a su trabajo cansada, trabaja ocho horas y luego repite el mismo trayecto. Cuando llega a casa, sus hijos ya duermen. Su ciudad le quita años de vida.

Las mejores ciudades inspiran, conectan y multiplican oportunidades.

En otra parte de la ciudad, un joven despierta sin prisa. Vive en un barrio donde su trabajo, el café donde desayuna y el mercado donde compra están a minutos de su casa. Después del trabajo, se encuentra con amigos en el parque. Su ciudad le da tiempo, movilidad y calidad de vida.

Las mejores ciudades inspiran, conectan y multiplican oportunidades. Nos impulsan a descubrir y desarrollar nuestro potencial, nos ofrecen opciones y nos acercan a otros con quienes crear, colaborar y convivir.

Actualmente, la ciudad de Guatemala atiende a más de 3.5 millones de personas. De estas, solo la mitad vive en la ciudad, y el resto tiene que entrar y salir a diario. Esto representa altos costos y desgaste de vida.

Para abordar estos desafíos, es fundamental acercar la vivienda al trabajo. Esto se logra diversificando opciones de trabajo y servicios en áreas periféricas donde hay viviendas, así como incentivando el desarrollo de vivienda asequible en zonas urbanas donde hay trabajo y la densidad poblacional sigue siendo baja.

Para aumentar la densidad y deseabilidad se requiere de infraestructura clave: agua, energía, manejo de desechos, iluminación, transporte, áreas verdes, espacios para caminar y otras amenidades que enriquezcan la experiencia de vivir en ciudad. Todo esto es posible a través de barrios completos, incentivos de desarrollo y acción ciudadana.

Los barrios completos combinan servicios, usos y opciones de movilidad a distancias accesibles, los cuales pueden ser compartidos para optimizar recursos, reducir costos y maximizar beneficios por persona. Estos barrios pueden consolidarse en áreas nuevas y existentes, elevando la calidad de vida, la seguridad, la resiliencia urbana y la libertad de elegir dónde y cómo vivir.

Los incentivos de desarrollo facilitan la inversión en construcción de viviendas, negocios y equipamientos en puntos estratégicos y atractivos para el mercado, basados en datos y tendencias que disminuyan riesgos y potencien rentabilidad.

La acción ciudadana suma los esfuerzos de organizaciones, municipalidades, desarrolladoras y ciudadanos para generar modelos de gana-gana donde se impulsen proyectos que mejoren la calidad de vida urbana y fortalezcan la comunidad.

Exigir más parqueos, subsidiar el transporte a la periferia o construir más carriles y pasos a desnivel es atacar los síntomas, pero no las causas. Para ser eficientes, debemos entender las dinámicas urbanas y así generar soluciones de raíz. Aumentar la proximidad, crear infraestructura accesible, compartir servicios y crear condiciones atractivas para la inversión son algunas de estas soluciones.

Vivimos en una ciudad hermosa, con vientos refrescantes, barrancos llenos de agua, biodiversidad, vistas impresionantes a los volcanes y principalmente: personas capaces.

Construir ciudades es un acto de empatía y compromiso con quienes las conforman y con las generaciones que vendrán. Podemos crear las ciudades que queramos con una mentalidad positiva y propositiva.

¿Cómo queremos que sean nuestras ciudades en 20 años? La decisión empieza hoy. Definamos qué queremos y mejoremos juntos la vida en ciudad.

ESCRITO POR:

Julián Castillo Holzheu

Arquitecto urbanista con experiencia en diseño, estrategia y desarrollo de proyectos. Facilitador de experiencias de aprendizaje y cocreación. Apasionado por las ciudades, la naturaleza y el bienestar de las personas.