El domingo pasado se dieron dos elecciones presidenciales en dos importantes países de Latinoamérica, Ecuador y Perú. En Ecuador, Guillermo Lasso, un empresario exitoso y liberal, derrotó con buena ventaja a su oponente correísta, Andrés Arauz. En Perú el resultado fue dividido y la elección para presidente se definirá en una segunda vuelta entre el candidato izquierdista, profesor líder de un sindicato llamado SUTEP Conare, que es afín a Sendero Luminoso, Pedro Castillo, y la derechista Keiko Fujimori.

En Ecuador los vientos que soplan van en la dirección de libertad y prosperidad. En Perú la situación es más complicada porque el Congreso estará sumamente dividido, aunque al final Keiko Fujimori, con su tercera participación en una segunda vuelta, tiene las de ganar, por el rechazo de la gran mayoría contra Sendero Luminoso.

El resultado en Ecuador es muy positivo para una Latinoamérica hundida en populismo. Una Argentina que luego de haber probado las políticas empobrecedoras de los Kirchner vuelven a votar por Kirchner. El peronismo ha hecho estragos en ese país. Una Venezuela que, hundida en su socialismo del siglo XXI, sigue exportando ideologías empobrecedoras y contrarias a la libertad y dignidad humana al resto de países latinoamericanos. Una Colombia estancada con un presidente, Duque, que no ha sabido reducir el gasto ni los impuestos. Es verdad que heredó un gobierno hecho un desastre, tanto política como financieramente, de parte de Santos, pero no ha podido revertir esa desastrosa situación. Y los demás países de la región, algunos con presidentes de derecha y otros, de izquierda, se han vuelto todos estatistas, restringiendo derechos y libertades individuales, como el resto de los gobernantes de casi todo el mundo, con la excusa de la pandemia.

El resultado en Ecuador ha sido de lo mejor que le ha podido ocurrir a ese país. Estoy seguro de que Guillermo Lasso y su equipo lograrán en poco tiempo revertir todas las medidas intervencionistas que han anquilosado su crecimiento económico. Veo a Ecuador con un gran futuro en el corto plazo. Tengo mis dudas del largo plazo. Chile, el país más próspero por de lejos de Sudamérica, ha tenido un revés inexplicable en las políticas e instituciones que lo llevaron a ese crecimiento económico y éxito sin precedentes en la región. Argentina, que en su momento fue uno de los países más prósperos del mundo entero, ha venido cayendo en franco deterioro, precisamente por todas sus medidas socialistas y populistas.

Qué decir de Venezuela, país que fue en su momento uno de los más ricos de Sudamérica y ahora su gente huye por montones a buscar oportunidades en otros países. En su último informe de actualización de abril 2021, el Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta para el país sudamericano una contracción del producto interno bruto (PIB) de 10 puntos y una inflación de 5.500% para este año, situándolo como el peor de toda América. Según la última Encuesta de Condiciones de Vida de los venezolanos, realizada por la Universidad Católica Andrés Bello, entre 2005 y 2019 la incidencia de la pobreza monetaria pasó de 34.4% a 96.2%, mientras que los porcentajes correspondientes a la pobreza extrema aumentaron de 10.7% a 79.3%. El descalabro es tal que casi el 80% de los venezolanos no tienen los recursos necesarios para adquirir los alimentos básicos. Esa es apenas una de las razones que explican el éxodo de venezolanos a otro a países y que este 2021 se calcula que pasará los seis millones de emigrantes.

Bien por Ecuador. Felicitaciones a Guillermo Lasso y su equipo. Ojalá el resto de los países de Latinoamérica sigan su ejemplo.