Registro akásico

Fuerte posición en relaciones exteriores

La defensa de los intereses nacionales se expresa en lo internacional.

En la votación de la Asamblea General de Naciones Unidas sobre el establecimiento de la paz en la cuestión palestina y la promoción de la solución de dos Estados, del 12 de septiembre del corriente, nuestro país se abstuvo con otros 11 países, en favorecer ese curso de acción. Con ello, se aparta del seguidismo de votaciones anteriores. A pesar de su congruencia con los intereses nacionales, ha pasado desapercibida. Entender las razones de fondo de esa posición es importante para apoyar la política de relaciones exteriores.

El beneficio mutuo y equitativo entre los Estados huye de la confrontación y ataques parcializados.

Abstenerse significa no tomar bando en una alternativa. No se está dañando la propuesta promovida por varios países europeos y tampoco los deseos del pueblo palestino. Al contrario, se les impulsa a todas las partes a dialogar con Israel para conseguir resultados y no simplemente asumir una actitud de condena, frente a un asunto internacional complejo.

Además, lanza un mensaje de neutralidad donde puede ofrecer buenos oficios para la solución de diferendos la ejecución de una solución acordada. En el país, existe un aprecio importante del Estado de Israel; por lo tanto, no conviene introducir elementos de controversia interna en una materia donde debe existir unidad.

Todos persiguen intereses, en la solución de los dos Estados, algunos países europeos desean quedar bien con los petroleros para asegurar los suministros energéticos. De allí han pastoreado a países latinoamericanos y del mundo, para que los acuerpen en sus intereses, sin importarles y, a veces, hasta despreciando a quienes los acompañan.

En el pasado, algunas agrupaciones religiosas islámicas patrocinaron ataques al país por parte de políticos y oenegés, en la creencia de minar la independencia de criterio y resguardo de sus intereses por parte de nuestro Estado. Toda votación internacional puede ocasionar represalias y hasta sanciones por parte de poderes mundiales. El mensaje contenido en una abstención, es una afirmación de estar al margen de desacuerdos o fórmulas de arreglo, sin visos de concreción inmediata.

El caso más patético es el Estado español, donde aparte del asunto energético, el gobierno del presidente Pedro Sánchez, ataca a Israel para satisfacer a sus aliados de izquierda con el objeto de mantenerse en el poder. Una vicepresidenta de ese gobierno español ha dicho que es partidaria de un Estado palestino desde la montaña hasta el mar; en otras palabras, se declara contraria a la existencia de Israel. Y tan fresca como una aceituna rellena de anchoa sin semilla. El mismo Sánchez arengó a los activistas para atacar a la posición israelí. Ello desembocó en el uso de la violencia durante la vuelta ciclística a España, contra un equipo de una empresa judía. El evento deportivo fue dañado, con cauda de 20 policías lesionados. Se menciona, porque el voto a favor de los dos Estados esconde un ataque al Estado judío cuando debía atenderse a la liberación de los rehenes, desaparición de Hamás y el cese al fuego en la Franja de Gaza, en ese orden.

¡Es verdad! El sufrimiento humano es mayúsculo en Gaza. Si, al inicio, las muertes de los civiles equivalían a las bajas de Hamás. Ahora, la proporción entre la milicia confundida con la población afecta tres veces más a la población. La urgencia de detener las acciones bélicas no oculta la esencia del conflicto. Por ello, se justifica abogar directamente ante Israel para detener las acciones bélicas, aunque el objetivo de la guerra defensiva no esté totalmente cumplido. Es un objetivo humanitario, donde, al margen de condenas, debe mantenerse la decisión asumida por el país.

ESCRITO POR:

Antonio Mosquera Aguilar

Doctor en Dinámica Humana por la Universidad Mariano Gálvez. Asesor jurídico de los refugiados guatemaltecos en México durante el enfrentamiento armado. Profesor de Universidad Regional y Universidad Galileo.