Fundamentos

Seis palabras de nuestro himno

Nuestro canto patrio tiene el poder de actualizar las imágenes que evoca cuando lo interpretamos.

El himno nacional es verdaderamente bello. Con una mezcla de solemnidad musical, elegancia en su estructura y un lenguaje lleno de símbolos, mensajes y llamados a la acción, esta pieza nos ha acompañado desde nuestra infancia en los distintos eventos cívicos. Llamado uno de los himnos más bellos del mundo —distinción que pareciera ser compartida con los demás himnos del continente, al decir de sus propios pueblos—, el nuestro sí que presenta cualidades que lo hacen especialmente hermoso.

Es preciso conocer el significado de las palabras para poder cantar el himno con mayor propiedad.

El himno ha pasado por diversas etapas. Primeramente, una letra ganadora sin que se conociera por varios años quién era su autor. Luego, la decisión de modificar su letra para hacerla menos sugerente y más acorde al espíritu pacífico de nuestro país. Hoy, con sus cuatro estrofas, sigue compartiendo el mismo deseo original de destacar el orgullo por la independencia, la belleza de nuestro entorno natural, el carácter labriego de sus gentes, el espíritu de defensa de la Patria y el deseo de destacar entre todos los países de la región. Cada mensaje de estos tiene sus propias líneas en el texto.

Sin embargo, dentro de la elegancia de su letra, hay que reconocer que algunas palabras escapan al común entendimiento, porque pertenecen, en ciertos casos, a un español antiguo o de poco uso. Es preciso, pues, que los guatemaltecos aprendamos su significado para poder cantar el himno con mayor propiedad.  Repasémoslas brevemente, pero añadamos un contexto para comprenderlas mejor. La “enseña” a la que se refiere el comienzo de la tercera estrofa es nuestra bandera, pero puede significar en nuestra mente también el escudo que nuestros atletas llevan en sus franelas a la hora de competir por nuestro país.  La “albura” se refiere al blanco de las nubes que pueblan su cielo, pero yo pienso también en la blancura de nuestra monja blanca, la flor nacional. La “presea” significa una medalla o una distinción que se entrega a alguien por sus méritos. En nuestro himno, esa presea es la paz, pero también podemos sentirnos orgullosos de reconocimientos que, como el premio nobel de literatura o las medallas olímpicas, representan el talento o el esfuerzo de los guatemaltecos que las han recibido.

El “ande” es una figura literaria. No existe en el diccionario de la lengua un sustantivo como tal, pero quiere figurar que nuestro país se despliega orgulloso al costado de las cadenas montañosas de los Andes. Al cantar esta parte podemos visualizar el color verde de los paisajes de nuestra propia Sierra Madre, que recorre de punto a punto nuestra geografía. La “grana” y el oro simbolizan los colores vivos del pecho del quetzal, siendo la grana una palabra antigua para el color rojo. Mencionar la grana no solo nos recuerda la majestuosidad de nuestra ave, sino también podría evocar el color rojo vivo de las bellas indumentarias tradicionales indígenas de Nebaj o Totonicapán, entre otras, o esa tinta natural de las rosas de nuestra ciudad colonial, la Antigua Guatemala. Por último, el “paladión”, que se refiere a un escudo o una protección. En el himno es nuestro quetzal, portador del mensaje de libertad, pero también podría bien referirnos a nuestra Constitución, ley fundamental y garantía de defensa de los ciudadanos frente a los poderes públicos.

Los autores del himno han legado un mensaje hermoso a varias generaciones de guatemaltecos. Pero nuestro canto patrio también tiene el poder de actualizar su imaginario, con las buenas ejecutorias de sus mejores ciudadanos o las bellezas de su naturaleza o de sus tradiciones. ¡Felices fiestas patrias!

ESCRITO POR:

Roberto Ardón

Es abogado y notario. Cuenta con un posgrado en Empresas y Derechos Humanos y ha realizado estudios en gerencia de organizaciones empresariales, resolución de conflictos, estrategia de oratoria y análisis político. Desempeñó un alto puesto ejecutivo en la dirigencia gremial desde 1994 hasta 2023. Actualmente se desempeña como Gerente de Asuntos Corporativos de Banco Industrial. Ha sido catedrático titular del Instituto Latinoamericano de Gerencia de Organizaciones Empresariales y en dos universidades del país. Formó parte del grupo promotor en la constitución del Consejo Económico y Social (CES), y es egresado del Central American Leadership Initiative (CALI). Es autor de los libros “Los debates políticos en Guatemala” publicado en marzo de 2015; “Triunviratos”, presentado el 10 de julio de 2019: “El Caso No. 21”, en mayo de 2021, y de “Rivalidades”, septiembre de 2023. Es miembro de la junta directiva de la AGG, fundador del Foro de Profesionales Landivarianos y conductor del podcast Generaciones en Contraste.

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