La reactivación económica es necesaria en 2019 porque así lo pedimos los ciudadanos. Sin duda alguna la inversión pública que está haciendo el Gobierno ayuda y ayudará, pero hay mucho más por hacer. Si el mandatario de la Nación hace un llamado serio a la inversión local e internacional ofreciendo el respaldo del Gobierno en materia de seguridad e infraestructura, y si las Cortes dejan de asustar a la inversión, podríamos avanzar en 2019. Hay necesidad de emplear a muchos y hay necesidad de pasar de la informalidad a la formalidad.

A la vez es de suma importancia conocer a los candidatos que pretenden gobernar el país y los municipios, así como también es necesario tener amplia información de los candidatos al Congreso de la República.
Varias personas me han estado preguntando por quién sugiero que voten para binomio presidencial, a lo que he respondido: un mes antes le sugiero porque aún quiero ver quiénes serán los competidores.

He criticado la Ley Electoral vigente —la modificada en 2016— pero no me imaginaba la complejidad que tendría el TSE para inscribir a algunos candidatos. Lo que los medios han comunicado del Registrador manda una percepción de que una sola persona no debe ser quien tenga tanto poder de decisión. Ha habido algunas incongruencias, sobre todo en inscripciones para el Legislativo y el Parlacén.

La ley está diseñada, en mi opinión, para que quienes lleguen por primera vez y/o no sean personas conocidas no tengan oportunidad. Una campaña tan restringida en comunicación no es apropiada porque la ciudadanía no llega a conocer qué tendrá en la papeleta. Debo aclarar que me opongo a campañas de más de seis meses y de presupuestos tan altos como los que se dieron en tres o cuatro campañas anteriores. Hay mucho por modificar de esa famosa Ley Electoral. Lo que sí he anticipado a quienes me han preguntado es que es clave llegar a conocer la visión de país de los candidatos, el plan de gobierno y el equipo de trabajo —ministros y secretarios—. Un binomio que no pueda plasmar en un documento cómo se debe desarrollar el país y con qué equipo hacerlo no debe ser ni siquiera aspirante. Guatemala necesita candidatos con talento, con conocimiento, con experiencia y con logros visibles y medibles para que nos gobiernen, y, claro, probos. No podemos hacer experimentos. Hay tanto que hacer en atender la desnutrición infantil —país número uno en América—, en servicios de salud pública y en educación pública —sindicalismo que entorpece la gestión y la corrompe—. Si no atendemos con responsabilidad y con eficiencia la salud y la educación, estamos condenados a no avanzar. Es un tema de humanos. Dios nos manda a amar al prójimo. Por el otro lado, hay que conocer sus planes de inversión pública y sus planes de facilitación a la inversión, porque, repito, hay necesidad de emplear a muchos y hay necesidad de pasar de la informalidad a la formalidad.

Estuve revisando los números macroeconómicos de Guatemala y de países del área, del continente y del mundo. Con un planteamiento técnico bien elaborado, con los debidos controles y con probos ejecutores, Guatemala tiene capacidad de endeudamiento para hacer esas inversiones. A la vez hay que trabajar en ingresos de la Nación y eso pasa por una profunda pero práctica revisión de qué hacer desde la institucionalidad para formalizar mucho más la economía y la tributación de personas individuales, que es de lo más bajo en el continente si lo revisamos como porcentaje del PIB.

Ser presidente y vicepresidente de la República son cargos de honor pero de alta responsabilidad, y para eso debe haber capacidad. Queremos que nos gobiernen no corruptos, por supuesto, pero prioritariamente deben ser competentes.