Por Trece razones o 13 Reasons Why, es la video-novela que narra las desventuras de una adolescente que comete suicidio. Más de alguno se ha desvelado con los capítulos donde Hannah Baker explica la motivación de su acto terminal. La acción es ilustrativa, a pesar de ocurrir en el ambiente escolar de EE. UU., un tanto ajeno al nuestro.

Recordemos que las Cartas del joven Werther, publicadas por Wolfgang Goethe en 1774, produjeron una serie de suicidios, por quienes imitaban al personaje de la novela. La atmósfera emocional de esa época se expresaba en el movimiento romántico. La vida no valía la pena, ante la imposibilidad de alcanzar a la amada. Ahora, en el drama adolescente, son trece razones, como reza el título.

El llamado de atención a esas tragedias motiva tanto su estudio como impedirlas. En consecuencia, ha empezado una campaña preventiva que detenga la inmolación de adolescentes, manifiesta en pintarse las uñas de azul. Esta laca tiene una expresión central en todos los trece capítulos de la película.

No obstante, en sentido contrario, se denuncia la utilización de redes sociales de internet contra adolescentes donde se les reta. El final es un último desafío: suicidarse. La red ballena azul inició ese proceso, la autoría se endilga al estudiante de psicología ruso Filip Budeikin, cuyo pseudónimo es zorro. Apareció en la red Vkontakte, que utiliza etiquetas con numerales, similar a twitter. Algunos señalan a los servicios secretos rusos de fomentarla contra Ucrania. No obstante, ha adquirido carácter mundial por otros perversos émulos. Un antecedente malévolo es el filósofo rumano Emil Cioran *1911 +1995, en sus textos valoró como un deber juicioso terminar con la existencia por la inconveniencia de nacer y la persistencia del estado melancólico o pasional.

Durante este año, una maestra de primaria se sumó al obituario del Inacif. La señora adujo razones de acoso escolar laboral. Igualmente, varias muchachas se ahorcaron o ingirieron estricnina. En El Salvador, toda muerte auto infligida de mujeres, motiva un examen de embarazo. En el país, no se tiene esa práctica aconsejable por los médicos forenses.

En el siglo XIX, Emile Durkheim *1858 +1917, el famoso sociólogo francés, resaltó que la intencionalidad demostraba el carácter consciente de la acción de poner fin a la vida. Con acopio de las estadísticas de varios países europeos, agrupó causas para elaborar tipos. Conocido es el llamado suicidio egoísta, resultado del incremento del individualismo en la sociedad capitalista. También refiere al denominado altruista, donde se persigue provocar un efecto social como destituir un Presidente o hasta conseguir una experiencia mística. Durkheim contrario al belicismo, indicó que los militares eran propensos a manifestar esta actitud para cumplir a toda costa con el deber.

Quizás la manera más deleznable de quitarse la vida, consista en el calificado como suicidio anómico. Ocurre ligado a quiebras económicas, en épocas de crisis. Como notó, el sociólogo francés, también estaba unido a motivos egoístas.

A partir de este trabajo teórico, la sociología obtuvo indudable estatuto teórico. Muchos actos individuales o personalísimos, ocurren condicionados por el medio social. Por esa razón, a los estudiantes de la materia, se les prescribe leer esta obra clásica.

En el país, para fundamentar la prevención del suicidio en adolescentes, las investigadoras de Flacso, Walda Barrios Klee y Ana Lucía Ramazini, han iniciado el estudio de este fenómeno social. ¡Ojalá persistan! Y así, crezca el aprecio y disfrute de la vida.