El diario español La Vanguardia publicó el artículo Venecia deja de ser ciudad para convertirse en parque temático, de su corresponsal Anna Buj (27/5/2018). Expone el impacto del turismo en la vida de la ciudad, que la ha encarecido, terminado por expulsar a los jóvenes, por no poder pagar esos precios.

Hacia 1950 tenía 175 mil habitantes. Hoy apenas 53 mil, en contraste con los más de 30 millones de turistas que llegan al año. Ese flujo y la incapacidad de sus autoridades han provocado cambio en el uso del suelo y su valor. Un apartamento puede costar 2 mil euros, en tanto una casa más grande, en tierra firme, 900. El intento del alcalde por controlar el ingreso a la ciudad fue infructuoso. Los turistas muestran descontento al no poder caminar y disfrutar de la espectacular ciudad, y menos aún, interactuar con los locales; luego de 9 minutos escuchando una mezcla de chino, inglés y español, no se oye una palabra en italiano. Los vecinos se organizaron para protestar. En 2009 crearon el Funeral de Venecia, llevando ataúdes en góndolas, y un año más tarde daban la bienvenida a los turistas con mapas de “Veniceland”, como si fuera un parque de atracciones. Unesco ha advertido que, de seguir así, dejará de ser patrimonio de la humanidad.

A La Antigua Guatemala y Venecia les separan 16 siglos. Les une el hecho de haber sido declaradas patrimonio mundial por Unesco. La Antigua Guatemala, en 1979, y Venecia, en 1987. Ambas son víctimas del deterioro de la industria del turismo fuera de control, de autoridades que no asumen la responsabilidad que tal categoría y circunstancias demandan. Los vecinos organizados ven afectados sus intereses y con ellos la ineludible fuente de identidad. Ven frustrados sus esfuerzos ante la indiferencia de funcionarios, aves de paso, que en mala hora eligieron, que hacen gala de no darse por enterados de nada de lo que sucede a su derredor.

En mi calidad de profesional especializado en la conservación de patrimonio cultural y como vecino, viendo el deterioro al que la indiferencia e incapacidad administrativa la llevaban a su colapso como ciudad histórica conservada, en 2003 publiqué el artículo La Antigua Guatemala ¿Ciudad Histórica o Parque Temático? (elPeriódico, PP. 6 y 7 revista elAcordeón, 1Jun2003) en el que expuse: “… en su calidad de pilar del turismo local e internacional, La Antigua se vio sujeta a presiones, tanto de los propios vecinos, como de inversionistas de toda saya, quienes la descubrieron como una fuente de riqueza… De ser una ciudad histórica se le está convirtiendo en un sitio de distracción (parque temático), haciéndole perder su más importante característica: la de ser una ciudad con valores y tradiciones propias, con gente auténtica que la habita y no personajes disfrazados de antigüeños para el entretenimiento y gozo de los visitantes…

“Al amparo de la Ley Protectora de La Antigua Guatemala y de la Ley para la Protección del Patrimonio Cultural de la Nación, cabe preguntarnos ¿Qué queremos de La Antigua Guatemala? ¿Mantenerla como lo que es, una ciudad histórica con el prestigio de ser la única protegida por una legislación específica o ceder al influjo de su explotación comercial que la está transformando en un parque temático con tinte cultural?

“La ventaja de lo primero es que perdurará en el tiempo, como símbolo de nuestra identidad… La desventaja de lo segundo es que al dejar de tener interés comercial o pasar de moda, quedarán únicamente sus despojos, con el paisaje urbano desfigurado y la arquitectura convertida en una vulgar caricatura de sí misma”.