IDEAS

El problema del empleo

En la actual discusión alrededor de las propuestas de ley “de empleo” presentadas por algunos politiqueros queda claro que todos entienden cuál es el problema, pero ninguno de ellos tiene las agallas para entrarle de frente al asunto. El obstáculo principal para la creación de empleos en Guatemala es el Impuesto Sobre la Renta (ISR). Hay muchos obstáculos secundarios —como la inseguridad y la falta de certeza jurídica— pero este es el principal. Mientras no se enfrente, seguiremos a lo sumo creciendo a tasas escuálidas apenas por encima del crecimiento poblacional.

Casi todos los políticos del mundo lo entienden. De allí que cuando quieren “fomentar” alguna industria lo primero que se les ocurre es eximirla de pagar impuestos, especialmente el ISR. Pero esto es tratar de curar el cáncer con curitas. Lo que se debe hacer es enfrentar el verdadero problema y resolverlo.

Pongámoslo en perspectiva. El impuesto sobre la renta corporativo promedio en los países de la OECD —los más desarrollados— es similar al de Guatemala. Los otros factores que se consideran para tomar decisiones de inversión deberían ser muy buenos en nuestro país —que no lo son— como para que alguien en su sano juicio decida venir aquí.

Por supuesto que siempre habrá quien diga que los impuestos no son un factor relevante en la toma de decisiones empresariales. Quienes así argumentan generalmente son burócratas y tecnócratas que viven de los impuestos que alguien más paga y que nunca en su vida han pagado una planilla. Si no me creen, vean cómo en los últimos años muchas de las más grandes corporaciones de Estados Unidos han cambiado su sede fiscal a otro país para no pagar las altas tasas de ISR. Los burócratas gringos están tan desesperados que incluso están discutiendo una reforma que prohíba a las empresas irse de Estados Unidos. ¡Habrase visto semejante irracionalidad! En lugar de simplemente bajar la tasa del impuesto.

La solución ideal en nuestro caso es la eliminación del ISR. De esta forma nuestro país se volvería un imán para las inversiones que nos permitiría crecer a tasas mucho mayores que las actuales —tanto en empleos como en el tamaño de la economía—, ayudando a que muchas personas salgan de la pobreza.

Pero como veo difícil que los politiqueros guatemaltecos tengan el carácter para enfrentar el problema de manera ideal, les propongo una solución menos radical: reducir la tasa del régimen opcional del ISR al 2 o, a lo más, al 3 por ciento. Todos nos beneficiaríamos, incluyendo la SAT y el Gobierno. De entrada, las empresas y el país se beneficiarían con menores costos administrativos para cumplir con los temas fiscales. Sería más fácil para las empresas informales formalizarse. Pero sobre todo, se atraería muchísima inversión que ahora se va a generar empleo a otros países. ¿Tan difícil de entender es esto? ¿Habrá algún candidato, o mejor aún, un partido que se comprometa en la campaña a que sus diputados cambien esto el próximo año?

Fb/jjliber

ESCRITO POR:

Jorge Jacobs

Empresario. Conductor de programas de opinión en Libertópolis. Analista del servicio Analyze. Fue director ejecutivo del Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES).