CATALEJO
Enormes gastos de campañas políticas
CONFORME SE ACERCA la fecha de la convocatoria a las elecciones, planificada para dentro de 23 días, se afianza el interés de los ciudadanos en conocer temas como la suma de los gastos. Los partidos políticos han comenzado a informar de sus planes de gastos, y según las autoridades del Tribunal Supremo Electoral, las respectivas sumas son: Corazón Nueva Nación, Unidad Nacional de la Esperanza y Libertad Democrática Renovada fijaron en 57 millones de quetzales cada uno, mientras el Partido Patriota, el de Avanzada Nacional y Compromiso, Renovación y Orden gastarán 65 millones de quetzales; el resto de partidos tienen pensado gastar entre 15 y 20 millones. En resumen, sumas francamente cuantiosas, según cualquier punto de vista.
EN LAS ELECciones pasadas, los partidos políticos fijaron sus gastos en 48 millones de quetzales. Sin embargo, en números redondos, gastaron de esta manera: PP, 215 millones de quetzales; Líder, 141; UNE, 84; Creo, 36; Unionista y PAN, 21 cada uno; Viva, 20; Winak, 18; UCN, 11 y Victoria, 4. Como puede notarse, estos dineros superan enormemente lo señalado a las autoridades del Tribunal Supremo Electoral. La cifra permitida por las autoridades para las elecciones de este año es de 57 millones de quetzales y por eso es fundamental conocer si será posible a las autoridades electorales lograr el cumplimiento de esas promesas partidistas. La realidad nacional permite prever gastos muy superiores, debido a las donaciones anónimas o en especie.
HACE UNOS DÍAS, HA-blando con un amigo estadounidense, me comentó —en relación con las elecciones de su país—: “Ahora las elecciones no se votan, sino se compran”, en referencia a la enorme cantidad de gastos de los partidos políticos, tanto demócrata como republicano. Al decir esto se refería a todo lo gastado en publicidad directa o indirecta, y al efecto de esta realidad en muchos ciudadanos, cuya decisión es alejarse de las urnas y, de hecho, darle la espalda al proceso de elecciones, sobre todo respecto de los alcaldes, senadores y congresistas, cuyas decisiones —muchas veces controversiales— solo se pueden explicar si se agrega el factor del compromiso adquirido con los financistas de todo tipo de campaña y en ciudades de cualquier tamaño.
EN LA ACTUAL coyuntura, el conocimiento de la integración de los gastos y la identificación de los donantes se ha convertido en un factor esencial para conocer el presente y el futuro político del país. El dinero de origen oscuro, por cualquier razón, tiene efectos terribles en las decisiones tomadas en cualquiera de los poderes del Estado y en los gobiernos municipales. Esto, conocido por todos los ciudadanos, debe ser señalado con el fin de permitirle a la ciudadanía realizar un voto consciente. Pero también recordar otra verdad: votar no es suficiente. Según un viejo dicho político, el precio de la democracia es la vigilancia constante de quienes han recibido los sufragios favorables de los empadronados participantes en su calidad de depositarios del voto.