IDEASActitud renovada

JORGE JACOBS A.

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Al arribar a un nuevo año, gene- ralmente nos hacemos nuevos (o renovados) propósitos que deseamos alcanzar en esta naciente etapa de nuestra vida.

Hoy no quiero hacer largas listas que probablemente no duren en nuestra mente más tiempo que las campanadas que anuncian la llegada del novel año.

El único propósito que deseo proponerme para el año 2005 y que lo invito a usted para que también lo haga suyo es enfrentar la vida con una actitud positiva. Nada más que eso.

No me voy a proponer ir al gimnasio, hacer dieta, leer quien sabe cuántos libros, ir a ciertos lugares, etc., etc., etc.; lo único que quiero es una actitud positiva.

Alguien podrá creer que es un propósito muy trivial e ingenuo; sin embargo, yo estoy convencido que es uno de los requisitos más importantes para que el año entrante podamos empezar a recuperarnos del descalabro que han sido los últimos 5 años.

Las semanas recientes tuve la oportunidad de platicar con muchas personas de diversos ámbitos, empresariales, políticos, académicos, comerciales, y la norma general fue que todos, o por lo menos la mayoría, sentían que este año había sido uno más en la racha de años negativos que ha tenido nuestro país.

El ánimo de la mayoría con quienes hablé estaba por los suelos, y todos deseaban que el año entrante nos fuera mejor.

Creo que con quienes hablé esperaban que este año superara a los anteriores y al inicio del año las expectativas eran muy altas; sin embargo, con el pasar de los meses las perspectivas fueron ensombreciéndose hasta llegar al final del año a un punto en el que el desánimo agobia a muchas personas.

Aunque algunos no logran especificar en dónde estuvo el problema este año, yo estoy convencido que el atrancón se debió, principalmente, a la reforma tributaria impuesta por el Gobierno en el primer semestre.

La falta de rumbo en muchas de las actividades gubernamentales simplemente abonó la situación.

Si hasta la fecha los gobernantes no se han percatado de eso, definitivamente nos esperan otros años muy difíciles.

Como tengo pocas esperanzas ?aunque nunca las pierdo? que nuestros gobernantes recapaciten y den un giro completo, apostando por bajar los impuestos a manera de incentivar la economía de todos los guatemaltecos, creo que cada uno de los guatemaltecos debe prepararse para progresar, y la solución a nuestros problemas debemos buscarla no en lo que haga el gobierno ni en las decisiones que tome (por muy erradas y costosas que nos representen) sino en nosotros mismos.

Yo, como optimista incorregible, creo que el 2005 puede ser el mejor de nuestras vidas, si tan sólo nos acercamos a él con una actitud positiva. Que habrá retos y obstáculos en el camino, no lo dudo.

Pero lo importante no es qué tan grande son los retos, sino qué tan grande es nuestro deseo de superarlos. ¿Se apunta usted?

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