IDEASInteligencia financiera

JORGE JACOBS A.

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Casi todos quisiéramos llegar a obtener la libertad financiera que nos permita dedicarnos a lo que más nos gusta sin tener que preocuparnos por cosas tan superfluas como, ¿de qué vamos a vivir? Sin embargo, pocos están dispuestos a pagar el costo que ese objetivo requiere.

Para encaminarnos por la senda que lleva a la libertad financiera, sólo se necesitan dos pasos: que desarrollemos nuestra inteligencia financiera y que luego la pongamos a trabajar. Por supuesto, esto es más fácil decirlo que hacerlo, de allí que son pocas las personas que llegan a ser verdaderamente libres, financieramente hablando.

¿Por qué desarrollar la inteligencia financiera? Porque si lo hace, prosperará. Si no lo hace, este período que nos tocó vivir puede ser atemorizante. Es natural tenerle miedo a lo que desconocemos, pero de nosotros depende quedar paralizados por el miedo, o vencerlo, a través de aprender de aquellas cosas que desconocemos.

Hace unos siglos, la riqueza era la tierra. Muchas personas, hasta el día de hoy, siguen considerando que la riqueza está en la tierra y cierran sus posibilidades a otras opciones, lo que al final los termina condenando a la pobreza. Después fueron las fábricas y la producción los principales generadores de riqueza. Pero hoy en día las cosas han cambiado, la verdadera riqueza está en la información. La persona que posee la información más actualizada posee la riqueza.

En ese contexto, el activo más importante que poseemos es nuestra mente. En la era de la información, el dinero se incrementa de manera exponencial, por lo general basado en ideas y acuerdos.

¿Y qué es eso de la inteligencia financiera? La inteligencia financiera está compuesta principalmente de cuatro habilidades:

1. Finanzas. Es la habilidad de leer números y, sobre todo, estados financieros.

2. Estrategias de inversión. Es la ciencia del dinero que hace más dinero. Es el conocimiento de los distintos instrumentos de inversión disponibles que permiten incrementar rápidamente sus activos.

3. El mercado. Es conocer cómo funcionan los mercados y las leyes de la oferta y la demanda. Esto parece fácil, pero no lo es tanto. Muchos empresarios fracasan porque no se han tomado el tiempo de conocer el funcionamiento del mercado. Los políticos, no digamos. De ahí que todo el tiempo proponen leyes absurdas con el supuesto fin de aliviar la pobreza pero que, en la práctica, la agravan.

4. La ley. Es el conocimiento de las leyes y regulaciones que afectan a los negocios y las inversiones.

Esto, a muchos, no les parece importante, pero mientras más enterado esté de todas las leyes y regulaciones que afectan sus actividades empresariales y financieras, más complicaciones se ahorrará y podrá obtener mejores rendimientos.

¿Qué puede hacer uno para encaminarse por la senda de la libertad financiera? Muchas cosas, pero lo importante es que uno desarrolle su inteligencia financiera para poder aprovechar las oportunidades que se le presentan. Siempre van a existir buenas oportunidades de invertir, pero el problema es que la mayor parte de veces no las vemos.

¿Por qué desarrollar la inteligencia financiera? Porque lo único seguro en el mundo actual es el cambio.

Conforme avanza la tecnología, los cambios son más grandes y rápidos. Quien no esté preparado, perderá. Quien se prepare podrá enfrentar de mejor manera los desafíos que la vida le presente.

En el largo plazo, lo que conocemos es nuestra mayor riqueza y lo que desconocemos es nuestro mayor riesgo. ¿Se va a arriesgar a ser libre o se arriesgará a quedarse eternamente esclavo de sus temores?

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