IDEASPúlpitos y política
Ayer, la sección Mesa 21 del diario Siglo Veintiuno se titulaba ?Podemos usar los púlpitos contra el Gobierno?, haciendo eco a las declaraciones de Guillermo Galindo, vicepresidente de la Alianza Evangélica, en el contexto de una conversación con representantes de varios grupos sobre la pasividad de los guatemaltecos ante los problemas nacionales.
El señor Galindo argumenta que en las iglesias evangélicas se insta a sus miembros a orar por las autoridades, ser pacíficos y respetar las leyes, por lo que ?somos un pueblo pacífico, pero es tan pacífico que los gobiernos nos ignoran totalmente?. Y continúa, ?Estamos colaborando en todo sentido, pero tanto va el cántaro al agua que puede reventar.
Podemos usar los púlpitos contra el Gobierno y no lo hacemos, pero pienso que llegará el día en que se va a hacer, porque de verdad estamos cansados de que no se oye al pueblo?.
Como miembro de la iglesia evangélica, no estoy de acuerdo con estas declaraciones. Me baso principalmente en mi firme creencia de que la religión y la política no deben mezclarse bajo ningún punto de vista. Conforme pasa el tiempo, más me convenzo de que esta es una unión que no puede tener buen fin.
Considero que la labor de la iglesia, y por ende la de sus dirigentes, es una labor espiritual, no material. Los pastores deben dedicarse a cuidar de sus ovejas y no a tratar de resolver las injusticias que abundan en esta vida.
No digo que no nos deben preocupar a todos los problemas que afectan a nuestro país, pero muy distinto es utilizar la posición de liderazgo espiritual para influenciar en la política. Peor aún, creo yo, es que la iglesia evangélica, como institución, se involucre en los negocios de este mundo.
Hasta la fecha, la iglesia evangélica, gracias a Dios, ha logrado permanecer al margen de la política, y creo que debe cuidar celosamente mantenerse así. Cuando las iglesias han cedido a la tentación de compartir el poder terrenal, han descuidado a cambio su labor espiritual.
Por otra parte, estoy de acuerdo con que miembros (no pastores) de las iglesias evangélicas se dediquen a la política, a título personal, siempre y cuando estén conscientes de las aguas movedizas en las que están caminando.
Si los pastores quieren de alguna manera tener un efecto sobre la política y los problemas del país, creo que la labor a la que deben dedicarse concienzudamente es a instruir, pastorear, cuidar y darle seguimiento a sus feligreses que se interesen por participar en la política.
Si las estadísticas no nos engañan, cada vez habrá más evangélicos que se involucren en la vida pública del país. Es importantísimo que los pastores pongan mucho énfasis en instruir a sus feligreses con relación a las tentaciones que enfrentarán en la política y cómo mantenerse limpios en medio de la inmundicia.
La mejor forma de impactar la política es a través de cristianos responsables que se mantengan firmes en sus creencias y den buen testimonio en medio de un ambiente tan hostil.
De nada sirve que hayan muchos ?cristianos? en la política si lo que van a hacer es dar un mal testimonio y abonar a que se diga que son tan corruptos como cualquiera.
Así que, tengamos cuidado. No es nada más de argumentar que ahora somos muchos y que nos tienen que escuchar. Recordemos que el reino de Dios no es de este mundo y que la función de la iglesia es precisamente trabajar por ese otro reino, no por el de acá. No caigamos en el error en el que muchos han caído.
Seminario: Este sábado se llevará a cabo un seminario sobre el libro ?Padre Rico, padre pobre?, que recomendé hace unos meses en esta columna. El seminario se llama ?Desarrollo de la Inteligencia Financiera?. Si le interesa participar, llamé a los teléfonos 366-5792 y 93.