PRESTO NON TROPPO

Joshua Bell y la Filarmónica de Colombia

Con frecuencia sucede que quienes se declaran diletantes incondicionales de la música clásica también afirman que les gustaría escuchar conciertos con grandes solistas y excelentes orquestas extranjeras. Estarían dispuestos, dicen, a pagar por un espectáculo en Ciudad de México, Nueva York, Londres, París… a más de cubrir la cuantiosa inversión que representa un viaje de esa índole, con hospedaje y manutención. Sin embargo, llegada la ocasión de poderlo hacer –acá mismo en su propia tierra– de pronto les parece muy caro pagar para apersonarse –acá mismo en su propia tierra– en el Teatro Nacional y gozar –acá mismo en su propia tierra– de una presentación fuera de serie.

Sucede que ahora es momento para demostrar si los actos concuerdan con las palabras. Este sábado 7 de julio se presentan por vez primera en territorio guatemalteco el extraordinario violinista norteamericano Joshua Bell y la notable Filarmónica Joven de Colombia, bajo la dirección del maestro venezolano Rafael Payare. Sin necesidad de anticiparnos con exageraciones a lo que podrá disfrutar el público, nos permitimos señalar que se trata de uno de los solistas más significativos de las últimas tres décadas en cualquier instrumento, con un formidable ensamble sinfónico y obras de un repertorio a toda prueba. Una muestra de las exigencias que supone esta gira internacional es que se están presentando hoy, domingo 1 de julio, en Bogotá, tras otro concierto que vienen de dar en Medellín. Pero el itinerario demanda mucho más, con otra presentación, este martes, en Tegucigalpa; el jueves, en San Salvador; el sábado, aquí en Guatemala; al día siguiente, en San José; solo dos días más tarde, en Panamá… siete conciertos internacionales de alto nivel ¡en menos de una quincena! Más de 2 mil kilómetros de ida y otros tantos de vuelta, en seis países, con un programa que va de Max Bruch hasta Shostakovich, pasando por Grieg y el autor colombiano Adolfo Mejía (1905-1973). Directores y solistas de talla mundial. Una orquesta de noventa músicos, jóvenes todas y todos. Un proyecto de la Fundación Bolívar Davivienda desde 2010, con un lema que haríamos muy bien en adoptar y hacer que se comprenda en esta nación: “Desarrollamos Talento para Construir País”.

Es importante referirnos a Joshua Bell, aunque una lista de sus logros, desde que debutó como solista con la Sinfónica de Filadelfia, a la edad de 14 años, rebasa por mucho el espacio acá disponible. Más de 40 discos grabados (su CD más reciente salió hace apenas una semana), numerosos premios y reconocimientos, infinidad de colaboraciones con otros artistas, agrupaciones, cineastas y proyectos educativos, estrenos de composiciones contemporáneas y, desde el año pasado, la dirección musical de la muy prestigiosa Academy of Saint Martin in the Fields. Sobre lo apuntado, y a pesar de su fama, es representativo de su espíritu el que haya aceptado tocar de incógnito como músico callejero en una estación de tren, en un experimento que puso de relieve el tema del arte, dentro –o afuera– de un determinado contexto. Un músico completo, comprometido, osado y virtuoso. De ningún modo es un lugar común que un violinista de esta categoría actúe en Guatemala. Así, adicional y generosamente, los promotores del concierto han invitado a un grupo de estudiantes para que presencien el ensayo general, pues tanto el maestro Bell como la Filarmónica colombiana valoran la proyección social y formativa del arte musical.

Un concierto sobresaliente. Gran Sala del Centro Cultural Miguel Ángel Asturias, este sábado 7 de julio, 19 horas. Boletos a la venta por todoticket.com, en línea, al teléfono 2303-1234 y en siete puestos de venta.

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