La Navidad, además del nacimiento del redentor, conlleva la denuncia de los déspotas. Se busca condenar el asesinato de inocentes para permanecer en el poder, se subraya el concepto de patria. Es decir, los nacidos en una región o país suelen guardar simpatía con sus vecinos; no obstante, también hay quienes esperan aprovecharse de los paisanos para saciar su avidez de privilegios.

Cuando un grupo de magos enteró a Herodes I que seguían un rayo de luz para ubicar a un recién nacido que regiría a la humanidad de buena voluntad, el malvado déspota ordenó el asesinato de cuanto niño menor de dos años habitara en Belén. La noticia solo es ofrecida por San Marcos en su evangelio. Los otros evangelistas canónicos no lo hacen. En cambio, en el Evangelio armenio de la infancia se refiere esa barbaridad. Ambas referencias han dado origen a una discusión sobre la veracidad del episodio.

Se aduce que el texto de Flavio Josefo, Antigüedades judías, donde retrata el carácter sanguinario de Herodes I, el Grande, no debió haber pasado por alto ese asesinato. Algunos defienden la omisión, con el argumento de que difícilmente pasaban de quince infantes, dada la baja población de la época.

El origen social del Rey Herodes se encontraba entre los grupos de mercenarios que abandonaron a los seleúcidas para depender de las órdenes de los romanos. En medio de las luchas dinásticas, Herodes I asesinó a sus hijos, esposas, suegra, cuñados, príncipes, etc. Mientras tanto, se congració con la casta sacerdotal favoreciendo una ampliación del Templo de Jerusalén y con las clases altas a través de favorecer las costumbres grecolatinas. En consecuencia, aunque hubiese dudas sobre esa matanza, la festividad de los santos inocentes describe la perversión del poder.

Viene a cuento este episodio de las escrituras para descubrir motivaciones del subconsciente que llevaron a fijar la firma de los acuerdos de paz al día siguiente de la rememoración de la matanza de los santos inocentes. Como se sabe, en las guerras, la población civil vale decir los inocentes son los que más sufren. En nuestro caso, el enfrentamiento armado interno no fue la excepción. Los graves actos de genocidio ocurridos en muchas aldeas, o los asesinatos selectivos para sembrar el terror, fueron actos malignos, motivados por consideraciones retorcidas de la política.

En España e Hispanoamérica no se hace mucho caso a las razones de la festividad religiosa de los Santos Inocentes. En su lugar se cambió la fecha de la fiesta de los locos o April Fools´ Day. Una herencia precristiana en la Edad Media para manifestar la inconformidad con las libertades orgiásticas del pasado. En la mayor parte de países con herencia cristiana se celebra el primero de abril.

Lo peculiar del mundo hispánico consiste en haber desplazado a los santos inocentes para resaltar la inocentada como una falta. Si se observa, se invierte la responsabilidad de los autores malévolos hacia las víctimas inocentes. En otras palabras, se trata de llamar a desconfiar de las declaraciones porque los poderosos tienden al engaño. Firman pero no cumplen.

No obstante, el contenido, aunque oculto, ocurre en una secuencia. Así se hace un llamado al nacimiento de Emanuel, el libertador de la opresión. La navidad busca unir en esa convicción, los poderosos deben ser puestos bajo control para evitar sus excesos. Si se les deja, encontrarán formas de engaño para dañar a los inocentes.

La navidad efectivamente es una noche de paz, pero a los pocos días se recuerda desconfiar, sin abandonar al amor. ¡Felices pascuas!

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