Quesada es uno de los 17 municipios de Jutiapa, con 84 km cuadrados y 25 mil habitantes, aproximadamente. Este pueblo, en resistencia pacífica desde hace 2 meses, está situado en un valle rodeado de montañas, donde sobresale el volcán Amayo y con abundantes mantos acuíferos. Su gente, campesina y de origen xinka, muy trabajadora y emprendedora, no se arredra ante nada y ha salido adelante por su espíritu solidario y su eficacia organizativa.

En el presente año, un hecho los puso de pie y en actitud vigilante, pues pretenden instalar en las faldas del volcán Amayo una empresa generadora de electricidad, sin contar con procesos legítimos y transparentes de aprobación, como suelen hacer los amos del capital extranjero con sus negocios en este país.

Por eso su estrategia legítima de defensa es la resistencia pacífica. Lo hacen con dos puestos de control sobre la carretera Interamericana a la altura del km 110. Día y noche, están en grupos adecuadamente organizados, enfrentando las duras inclemencias del tiempo provocadas por la lluvia, expuestos al frío y al calor; además, poniendo en peligro sus vidas por la inseguridad imperante, la intimidación sistemática y la criminalización de sus líderes, a quienes presionan de mil modos para que claudiquen y den marcha atrás de sus propósitos y motivaciones. ¡Jamás lo lograrán!

Los ciudadanos de Quesada están dispuestos a defender sus derechos, proteger su territorio y exigir ser tomados en cuenta mediante las consultas para cualquier proyecto que tenga que ver con el desarrollo económico. Porque también ellos aspiran, en justicia, a un mejor bienestar, pero no a costa de sus recursos naturales en una mentalidad mercantilista alimentada por la fiebre posesiva de la riqueza de unos pocos mientras la miseria acaba con la vida de los más pobres, como está sucediendo en san Rafael Las Flores, en San Marcos, en los lugares donde se cultiva palma africana.

La empresa “Energía Renovable, S. A.”, debe salir ya. El pueblo de Quesada no la quiere ni la necesita. Lo está proclamando a gritos con su resistencia. Además, nunca fueron invitados. Llegaron sin autorización alguna y ya hicieron daño. La autoridad debe actuar inmediatamente, atendiendo las exigencias legítimas de la población y no dándole largas al asunto.

Animamos al pueblo de Quesada a mantener su lucha, no dejándose intimidar, a resistir pacíficamente y con valor, a mantener inquebrantable su unidad y su organización, a informarse permanentemente y crecer en solidaridad, a exigir que las instituciones y quienes las dirigen cumplan su función con prontitud.

Solo con una fe capaz de mover montañas es posible perseverar en resistencia hasta alcanzar los objetivos. Es la fe que nos compromete con el proyecto del reino de Dios, colaborando con realismo y convicción por hacer la vida más humana, como quiere Dios.

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