El Mingob tuvo a su favor un 2020 cerrado la mayoría del tiempo por la crisis sanitaria y esto significó una caída drástica de las cifras de homicidios, extorsiones y otros crímenes graves que afectan de manera directa a la ciudadanía. No obstante, la intermitencia de los funcionarios también ha sido cuestionado por analistas consultados, que ven una falta de continuidad en los planes de mediano y largo plazo de una cartera que tiene el desafío de mantener la seguridad en el país y luchar contra el narcotráfico y el crimen organizado.
El Centro de Investigación para el Desarrollo Regional (Cindere) considera que esa rotación de ministros en los dos años del gobierno de Alejandro Giammattei han sido motivo de preocupación y existido durante este período “reducciones importantes a presupuestos ligados a servicios de seguridad policial en áreas de mayor incidencia criminal”, así como el “combate a la narcoactividad para contrarrestar el consumo, tráfico y distribución de drogas”.
Por su parte, el Instituto de Análisis e Investigación de los Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos de Guatemala (Ipnusac) señala que “se observa un ministerio poco accesible a los portales de transparencia y existe discrecionalidad en contrataciones e información del destino del gasto y sus resultados”.
Ambos tanques de pensamiento, al evaluar la gestión en los dos últimos años en el Mingob, también ven un incumplimiento de deberes de la Policía Nacional Civil (PNC) y lentitud en algunos procesos de investigación y, como destaca Cindere, “la cartera no ha asistido o dado respuesta satisfactoria en procesos de citación ante el Congreso”, aunque sí mantienen en su portal electrónico alguna información relacionada con la cuentadancia de sus recursos.
Ipnusac también hace una crítica directa al papel de la PNC y a la ausencia en el Mingob de un viceministerio de gobernanza, enfocado en la atención y trabajo con entidades de la sociedad civil y consejos de desarrollo, lo que podría ayudar a resolver conflictos de manera pacífica, contrario a lo que se ha visto en los dos últimos años, cuando se han dado “decisiones y acciones que privilegian la fuerza en detrimento del diálogo, generando mayor conflictividad social”.
Perfil del ministro
Gendri Reyes llegó a como el tercer ministro en este mandato y su perfil, según el análisis de Cindere, “muestra trayectoria dentro de la institución”, aunque también advierte en su análisis que han pesado señalamientos en varias ocasiones por el actuar de la institución a su cargo.
Reyes ya compareció ante el Congreso en una interpelación, aunque diputados de oposición aseguran que el oficialismo aprovechó su fuerza política para proteger al funcionario de un eventual voto de falta de confianza, por el uso excesivo de la fuerza policial en las protestas de noviembre del 2020 que derivaron en la quema y destrucción de un área del Palacio Legislativo.
Sin embargo, a criterio de Juan Carlos Zapata, director ejecutivo de la Fundación para el Desarrollo de Guatemala (Fundesa), “la experienca del ministro de Gobernación ha permitido mantener —a la baja— la tendencia de la tasa de homicidios. En materia macro, lo que se percibe es que pese a las críticas estas cifras, aun después —del primer año— de la pandemia, no subió tanto”.
Zapata destaca que Reyes “ha sido propositivo, en el sentido de que todas las acciones que se han hecho en el Ministerio de Gobernación han generado un impacto positivo en la población”.
Sin postura
Aunque se buscó una opinión del ministro Reyes en relación con su trabajo y los resultados, así como de las críticas en la evaluación que hacen dos tanques de pensamiento, la Dirección de Comunicación de la cartera no dio respuesta a la solicitud de Prensa Libre.
