Guatemala

Cicig revela cómo La Línea se dividía el botín

La Cicig presentó un informe que determina la forma en que se repartían las ganancias en la estrutura de La Línea.

El 16 de abril, día de los allanamientos, fue capturado Salvador Estuardo González Álvarez, alias Eco, a quien el Ministerio Público y la Cicig le encontraron un documento que detalla la forma en que llevaba el control de cómo le cobraban a las empresas por ingresar sus productos, entre ellos bisutería, mochilas y ropa variada.

El informe incautado refiere que solo entre el 6 y 7 de octubre del 2014, la SAT recibió Q1.2 millones, mientras que la organización criminal se quedó con Q553 mil.

Escuchas telefónicas incriminan más al prófugo Juan Carlos Monzón Rojas, ex secretario privado de la Vicepresidencia, señalado de ser el cabecilla de la red de defraudación denominada La Línea, de haber recibido cuotas como parte de las ganancias que se repartían los que dirigían la banda.

Una interceptación telefónica entre el también prófugo Mynor Humberto Pineda Castellanos con Julio César Aldana Sosa hace mención sobre el cabecilla Monzón Rojas a quien le habrían entregado Q2.3 millones.

En otro fragmento de la escucha telefónica se menciona que están en temporada alta.

El documento registra por cada producto cuánto le correspondía a la SAT y cuánto era el soborno que habían recibido, al cual denominaban la cola.

Según las pesquisas, González Álvarez era el encargado y administrador, tanto para recibir el dinero como ser parte de los cabecillas que repartían el dinero.

Por este caso, González Álvarez se encuentra en libertad, ya que Marta Sierra, jueza octava Penal, que conoció primero este caso, lo benefició con una fianza.

Con el objetivo que los sindicados no salieran de prisión preventiva la Cicig también mostró al juez diagramas sobre cómo los cabecillas se repartían el dinero y montos que les correspondía a cada uno, todo según llamadas interceptadas.

En principio, cuando empezó a funcionar esa organización criminal, manejaban el dinero en efectivo. Sin embargo, cuando el negocio ilícito empezó a ser más jugoso para ellos, debieron habilitar cuatro cuentas bancarias para depositar elevadas sumas de dinero.

Esas cuentas en la actualidad no tienen montos, ya que solo eran utilizadas para efectuar los depósitos, y horas después o un par de días más tarde, los fondos eran retirados.

Uno de los puntos para repartirse las ganancias era la boutique Emilio, ubicada en la zona 10 capitalina, propiedad de Luis Mendizábal, prófugo por vínculos con el caso del Bufete de la impunidad.

Algunos de ellos contaban en sus vehículos el dinero que les correspondía.

La gran cita

En una de las diapositivas proyectadas se refiere que González Álvarez, Juan Carlos Monzón, ex secretario privado de la Vicepresidencia; Carlos Muñoz Roldán, ex jefe de la SAT, Julio González de León y Herberth Francisco Cabrera Castellanos se reunieron para decidir la forma de repartición del porcentaje que le correspondía a cada uno de los integrantes de la mafia de defraudación.

Miguel Ángel Gálvez, juez primero B de Mayor Riesgo, quien controla el proceso contra los 28 sindicados de integrar la red, informó que hay más de dos mil 500 pólizas que fueron encontradas a la estructura de defraudación aduanera y que deben ser investigadas.

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