Revista D

Club Fotográfico cumple 59 clics de historia

Un aniversario más de una de las asociaciones fotográficas más importantes del país.

Foto: Christian Rosito

Foto: Christian Rosito

Corría la segunda mitad de la década de 1950. El experimentado fotógrafo guatemalteco Ricardo Mata Rodríguez (1934-2012) estaba terminando sus estudios en el Brooks Institute of Photography, en Santa Bárbara, California, donde participaba asiduamente en las actividades del club.

Fue entonces que a Mata Rodríguez se le vino una gran idea: fundar un grupo en nuestro país en el que varios profesionales o amantes de este arte se reunieran para compartir experiencias y conocimientos. Fue así que el 27 de mayo de 1957 quedó constituido el Club Fotográfico de Guatemala (CFG).

El Club Fotográfico de Guatemala tiene alrededor de 80 socios que participan continuamente de las actividades, aunque están afiliados más de 300.

Está en la red social Facebook como ClubFotográfico.

Las bases para pertenecer al CFG están en la web www.ClubFotografico.org


Desde entonces, aficionados y expertos en esta rama artística se reúnen el último jueves de cada mes —actualmente, en el Museo Ixchel, de la Universidad Francisco Marroquín, de 19 a 23 horas—. Las exposiciones fotográficas se pueden visitar de forma gratuita.

“Es una comunidad muy amigable”, refiere Roberto Quesada, quien se especializa en retratar la naturaleza. “El ambiente es bastante agradable. No hay reservas; cada uno comparte con otros lo que sabe”, coincide Christian Rosito, quien pertenece al club desde el 2007.

Justo ese es el objetivo de este grupo: promover la amistad mediante la pasión por la fotografía. “Cualquier persona, principiante o profesional, puede ser socio”, comenta Tono Valdés, su actual presidente y uno de los más reconocidos fotógrafos del país.

El CFG también efectúa concursos mensuales en tres categorías (avanzados, intermedios y principiantes), y cada uno se subdivide en fotos color digital, blanco y negro digital, y blanco y negro tradicional (rollo).

Asimismo, organiza distintos tipos de cursos y talleres, algunos dirigidos a los fotógrafos amateur, otros para los avanzados y unos más que son específicos.

Otro de los atractivos es que coordina excursiones para retratar distintos sitios del país.

Democratización

Hoy, una gran cantidad de personas tiene algún aparato que les permite conservar esos instantes significativos de la vida. Puede que sea un celular o una cámara profesional.

Por eso, la red social Instagram ha sido exitosa. Es una muestra de la democratización de la fotografía, donde muchos pueden participar.

“Eso es bueno, porque antes había poca gente que podía darse el lujo de tomar fotos. Hoy, al haber muchos más, hasta se puede notar quién es bueno y quién es malo en el oficio”, destaca Valdés. “Que haya tantas personas fotografiando solo nos obliga a esforzarnos más”, expresa Quesada.

El CFG, a través de sus socios, puede contribuir a que todos mejoren sus técnicas. “La fotografía es un mundo enorme; siempre se aprende algo nuevo”, concluye Rosito.

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