Con este título del Mundial de Clubes, Guardiola se convirtió en el primer técnico en ganar el trofeo con dos equipos diferentes, el Barcelona en el 2009 y el 2011, y el Bayern Múnich en el 2013, pero el entrenador catalán, modesto, se quitó todo el mérito en este triunfo con el club alemán.
“Yo no estaría ahora aquí si no fuera por Jupp Heynckes. Yo no hice nada la pasada temporada. Pude disputar la Supercopa de Europa y ahora el Mundial de Clubes gracias a Jupp. Quiero ganar este torneo por los jugadores y por el club que ganaron todos los títulos esta última temporada”, dijo.
Tras tomarse un año sabático, que pasó en Nueva York con su familia, y cuando todo parecía indicar que iba a dirigir al Mánchester United sucediendo a Álex Ferguson, sorprendió a todo el mundo aceptando la oferta del Bayern Múnich, eso sí, convirtiéndose en el entrenador mejor pagado del mundo.
Comenzó el éxito
Su carrera ha sido meteórica. Tras empezar en el 2007 con el Barcelona B, el segundo equipo del club catalán, llegó al conjunto mayor en el 2008, dejó fuera de la plantilla a Ronal-dinho, Deco y Samuel Eto’o y subió al equipo mayor a los españoles Sergio Busquets y Pedro Rodríguez, a los que había entrenado en la Macía.
Con el Barcelona, al que llegó con solo 37 años, ganó todo lo posible: dos ligas de Campeones, dos mundiales de Clubes, dos supercopas de Europa, tres ligas españolas y dos copas del Rey.
Su discurso convence a entrenadores y directivos y trata de ganarse siempre la confianza de los jugadores, sobre todo de sus estrellas.
Lo hizo con el argentino Lionel Messi cuando estaba en el Barcelona, enfrentándose por ejemplo a las reticencias de la directiva del club catalán para no dejar ir al argentino a los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, que acabó ganando con la Albiceleste la medalla de oro.
Ahora en alemán
Esa misma tónica la continúa con el francés Franck Ribéry, el mejor jugador del Bayern Múnich y uno de los candidatos el Balón de Oro 2013.
“Es un honor para mí poder entrenar a Franck. Es increíble. Muy buen jugador. Trabaja mucho, sigue a su rival y corre varios metros hacia atrás para que el adversario no pueda salir”, explicó Guardiola, durante el Mundial de Clubes.
Mientras estaba en Nueva York contrató a un profesor de alemán para llegar al Bayern y poder hablar el idioma.
En apenas unos meses fue capaz de dar su primera rueda de prensa con el equipo bávaro en el idioma de Goethe.
Ahora, el rey Midas del futbol se tomará unas vacaciones con la tregua de invierno en la Bundesliga y a partir de marzo próximo buscará su tercer título personal de Liga de Campeones. Su primer obstáculo: el Arsenal inglés.