“Me quedaba sin energía muy rápido y me sentía dormido con frecuencia”, explicó hace unos días Watson, quien es un miembro destacado del Partido Laborista de Reino Unido.
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Cómo perdí 44 kilos en un año: la obstinada y gratificante lucha de Tom Watson contra el sobrepeso y la diabetes
Tom Watson fue diagnosticado con diabetes a finales de 2015, pero mucho antes de escuchar el veredicto del doctor ya sabía que su salud estaba lejos de ser ideal.
“Estaba lánguido y mi cuerpo ya no tenía fuerzas”.
Watson admitió que lo más difícil de ese momento fue admitir la enfermedad.
“Muchos hombres se sienten culpables y se guardan lo que les pasa. Están avergonzados de su condición y tampoco la quieren admitir”, reconoció.
Watson aceptó que tenía que cambiar algo en su vida cuando llegó a pesar 140 kilos, una experiencia que compartió para demostrar que hasta las personas menos atléticas y con menos interés en hacer ejercicio son capaces de hacer algo por su cuerpo.
El comienzo
“Al principio todo es sobre el aspecto mental”, explicó.
“Aprendí a encontrar maneras de controlar el estrés y dormir bien en la noche. Así sean cinco minutos de meditación al día ayuda”.
Para bajar de peso Watson se sometió a un plan de ejercicio que se basaba en la consistencia.
Sin embargo, antes de empezar a moverse lo primero que tuvo que hacer es enfocarse en su nutrición.
Pero, ¿cómo puede una persona acostumbrada a la comida rápida y tomar cervezas mantener un régimen de alimentación saludable?
“Para preparar el primer día de mi nueva vida limpié toda la alacena”, comentó.
“No más galletas, no más tortas y no más pasta”.
“En su lugar puse alimentos secos, que me servían para cuando tenía hambre. Opte por el atún y la caballa y aceites más saludables”.
Paso a paso
Eso conllevó algunos problemas de adaptación, una lucha constante para evitar recaer en su adicción al azúcar.
“Aquí fue cuando en verdad comenzó el camino del ejercicio”, contó.
“Después de perseverar y luchar contra los impulsos, me sentí más enérgico, con más energía en el tanque”.
“Comencé de manera general. Tomaba las escaleras en lugar de los ascensores o las escaleras mecánicas. Hay 76 escalones hasta mi oficina en Westminster y sentía que necesitaba una máscara de oxigeno”.
“Tuve que presionarme para superar esas pequeñas humillaciones y trabajar un poquito más duro cada día”, admitió.
Otra fuente de motivación la encontró en los videojuegos y su deseo por lograr la máxima puntuación.
“Quise llegar a los 10.000 pasos al día”, cifra que se ha popularizado como un objetivo estándar para motivar a las personas a estar activas físicamente.
“Al principio me costaba terminar los últimos 3.000 pasos, pero después de dos o tres semanas comenzó a ser más fácil. Quería seguir exigiéndome para llegar al siguiente nivel”.
El camino sigue
Después desempolvó una vieja bicicleta para moverse por Londres, forzándose a cumplir pequeñas metas con el objetivo de mantener la motivación.
También empezó a salir a correr y a boxear, actividades que contribuyeron a mejorar considerablemente la salud de quien llegó a ser conocido como “Tommy dos cenas”.
“No podía doblarme y tocarme los dedos de los pies, pero cuando logré algo de flexibilidad comencé a boxear”, señaló.
“Fue difícil, pero muy divertido y me gustó de la manera que se sentía mi cuerpo”.
Watson cree que su caso es un ejemplo que nunca es tarde para hacer ejercicio.
“Para cualquier persona que se siente sola por la diabetes es posible que no puedan curar su condición, pero pueden de una manera significativa ayudarse física y mentalmente para controlar los síntomas””.
“Sientes los beneficios rápidamente y te encuentras más allá del límite que tu crees puede alcanzar tu cuerpo”.
Un camino que para él ha tenido la mejor recompensas de todas.
“Un año después he perdido 44 kilogramos y ya no necesito medicarme”.