“Desafortunadamente, tras periodos largos de exposición, el abuso de las drogas puede desbordar esta capacidad de adaptación, y aparecen cambios en el comportamiento, causando mayor ansiedad y la búsqueda desesperada de la sustancia”, señala Marina Picciotto, del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Yale, en un comentario acerca de este estudio.
Pero este tipo de conductas, típicas de la adicción, no aparece siempre. Alrededor del 15% de los consumidores de cocaína lo desarrollarán, según explican los autores. ¿Por qué? Su experimento, llevado a cabo con ratas, sugiere que una pequeña molécula (miR-212), presente en una de las zonas del cerebro clave en la aparición de comportamientos compulsivos, tiene algo que ver.
Su descubrimiento, por un lado, “ofrece una nueva forma de explorar los mecanismos evolutivos que protegen a los humanos frente a la adicción a las drogas”, señala Picciotto. Por otro, abre una posible vía terapéutica o de prevención frente a estos problemas.
“Estamos empezando a delinear los mecanismos cerebrales que influyen en la adicción”, explica Paul Kenny, del Departamento de Terapia Molecular del Instituto de Investigación Scripps (Florida, EE.UU.). “Aunque es pronto para especular […] espero que un mejor entendimiento acerca de cómo miR-212 y otros factores influyen en la vulnerabilidad a la adicción a la cocaína nos dé la oportunidad de identificar a aquéllos con más riesgo de adicción y de desarrollar nuevos tratamientos“, añade.
(con información de www.elmundo.es)