Según ha compartido la organización, mediante el lema de este año se pretende reflexionar sobre la reconciliación frente a los vacíos en la cultura artística del país y la memoria.
El festival, organizado por los artistas y malabaristas Miguel Hernández y Javier Paz, junto a la acróbata Laura Ortega, propone con el circo y el juego herramientas que podrían devolverle al público de Guatemala “la alegría y el gozo” alrededor del encuentro.
“Guatemala es una sociedad bastante aislada y por eso vemos la necesidad de tener un espacio de intercambio desde el gozo. El festival busca ser una reconciliación entre sectores culturales que pareciera que no pudiéramos estar juntos”, comparte Miguel Hernández, quien además de ser malabarista desde hace 17 años también promueve la escuela de formación artística Circo Batz.
Del 15 al 19 de agosto, el Festival Chiripa busca reunir a una audiencia de pequeños y grandes curiosos que puedan llegar a la sala principal del Centro Cultural de España (CCE), el Teatro de Cámara Hugo Carrillo del Centro Cultural Miguel Ángel Asturias y la sede de Circo Batz.
La cuarta edición del festival será inaugurada el jueves 17 de agosto a las 19 horas en el CCE con el espectáculo de Domichovsky & Agrano; una pequeña y estridente dupla que inició en 2017 por el encuentro de Pablo Domichovsky y Sasha Agranov, dos artistas que se han distinguido por llevar al escenario acrobacias, malabares, chistes y los sonidos de un violonchelo que es interpretado en vivo.
Como segunda actividad del programa el viernes 18 de agosto, también a las 19 horas, la artista y payasa argentina María Peligro subirá al escenario del Teatro de Cámara Hugo Carrillo con su número Espectáculo Fuera!. La invitada transportará a los asistentes por monólogos y relatos que hacen referencia al duelo, la memoria y a la reconciliación con el dolor.
Ambos espectáculos tienen un valor de acceso de Q40, que puede pagarse en la taquilla ambos centros culturales.
Guatemala también contará con una representación variada en el escenario del Teatro de Cámara Hugo Carrillo. El sábado 19 de agosto a las 19 horas se presentará la Varieté Nacional, un evento que reunirá actos de los realizadores locales Marisol Paz, Kim Tejeda, Carmen Pérez, Dexter Tórtola, Sebastián Castro y Sharon Sandí, junto a las artistas Caterina Albani y Daniela María. El costo de entrada, también será de Q.40.
Este bloque de presentaciones locales nació de una convocatoria abierta que la organización del festival dirigió a artistas escénicos de Guatemala. “En el país se están empezando a ver más propuestas de este nuevo mundo del circo contemporáneo. Con la Varieté Nacional queremos resaltar artistas nuevos para que tengan mayores posibilidades de trabajo”, comparte Miguel Hernández.
A propósito del creciente interés por la comedia y el circo en Guatemala, entre el 15 y el 17 de agosto se llevará a cabo un espacio para conocer sobre técnicas y construcción alrededor de un payaso, mediante el Taller Clown impartido por la artista Leticia Vetrano (María Peligro) en el Circo Batz. Las sesiones ocurrirán de 9 a 12 horas. El espacio tiene un valor total de Q500.
“El payaso es un personaje que se encuentra en el imaginario colectivo, pero que pocos ven como una profesión. Con el taller queremos invitar a que las personas interesadas en estos personajes adquieran técnicas para comprender los mecanismos de la risa”, apunta Miguel Hernández.
Asimismo, Leticia Vetrano abordará nociones sobre cómo buscar la “verdad” de cada payaso, abriendo canales de sensibilidad, identificar y ampliar el universo de cada participante, así como descubrir elementos de la técnica apoyándose en la sinceridad y el placer del actor como verdaderos motores.
Proyección internacional del gozo
Desde 2021, el Festival Chiripa ha logrado un impulso económico a través de los aportes por convocatoria ofrecidos por el programa Iberescena, una plataforma de apoyo a la realización de iniciativas situadas desde las artes escénicas en Iberoamérica. El respaldo que ha recibido Chiripa con los fondos ha permitido gestionar el evento y dotarlo de una proyección internacional.
Durante los años que tiene de existir, este evento lúdico ha sido anfitrión de artistas y grupos escénicos provenientes de países como Brasil, Austria, México, España, Colombia, Uruguay, México y Chile. Mediante este cruce de territorios, Chiripa busca generar posibilidades laborales a partir de los tránsitos internacionales y el compartimiento de otros saberes técnicos como de experiencias narrativas.
Esta intención ha quedado plasmada en el manifiesto que engloba la cuarta edición del festival. “Creemos que el intercambio y las propuestas de los artistas que vienen, podrían nutrir a medio artístico guatemalteco. Es algo que fortalece a la comunidad en un espacio de diálogo y reflexión”, comparte el actual director del Festival Chiripa.
Miguel Hernández agrega que este espacio busca también el reconocimiento de la identidad artística-escénica del sector contemporáneo, dándole un espacio a las creaciones locales circenses y de comedia lejos de propuestas convencionales.
A decir del artista, el circo contemporáneo surgió en los últimos años de la década de 1980 y se ha distinguido por una construcción empírica, sensible y más íntima alrededor de personajes situados en un espacio de comedia.
“En la narrativa del circo tradicional se busca mostrar lo imposible, pero en lo contemporáneo se busca un acompañamiento de la poesía, de lo que quiere transmitir el artista desde su contexto o historia. Esto es lo que promueve el Festival Chiripa”, subraya Hernández.
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