Escenario

El Día Internacional de la Danza se celebra el 29 de abril

La  danza es el lenguaje oculto del alma, como lo expresó  la bailarina y coreógrafa estadunidense Martha Graham (1894-1991).  Cada 29 de abril se festeja el día de esta manifestación artística para exaltar los distintos géneros dancísticos y a quienes han abrazado el arte sublime del movimiento.

A las a fueras del Centro Cultural Miguel Ángel Asturias, los bailarines Claudia García, Andrea Ayala, Lizette Mertins y Nicolas Herrera muestran su talento y pasión por la danza. (Foto Prensa Libre: Keneth Cruz)

A las a fueras del Centro Cultural Miguel Ángel Asturias, los bailarines Claudia García, Andrea Ayala, Lizette Mertins y Nicolas Herrera muestran su talento y pasión por la danza. (Foto Prensa Libre: Keneth Cruz)

“El movimiento de la danza  ha explotado; por todos lados hay gente bailando”, dice la coreógrafa y bailarina guatemalteca Lizette Mertins, con más de medio siglo en la danza  y 40 años de compartir sus conocimientos con las  nuevas generaciones. Aunque es una expresión artística en crecimiento, el público  que la aprecia es reducido, al igual que los espacios para presentarse, dice Mertins, lo cual complica el panorama para quienes desean hacer de ella su profesión.

Pese a ello,  “se pude vivir de la danza,  si se tiene la pasión  esas barreras se superan”, dice  Claudia García,  primera bailarina del Ballet Nacional de Guatemala.

Ellas representan la experiencia, pero sobre el escenario también hay  jóvenes promesas. Andrea Ayala tiene 23 años y está dedicada a la danza contemporánea que para ella representa “una búsqueda constante de investigación y exploración del movimiento”. Desde hace dos años  transita en este arte con  Momentum, del Centro de Danza e Investigación del Movimiento de la Universidad Rafael Landívar.

En Guatemala no es habitual ver varones que se entregan en cuerpo y alma a la danza clásica, Nicolas Herrera,  18, es uno de ellos y es miembro de la Compañía Municipal de Danza.

Estas cuatro figuras   comparten sus historias, y  su paso por esta disciplina artística que es su pasión.   

“Es importante dejar huella”

Coreógrafa, maestra y bailarina. Lizette Mertins tiene más de 50 años de  trayectoria en la danza. Su prima Crista Mertins, una destacada balletista del país, la inspiró para iniciarse en el arte.

En su etapa de bailarina clásica fue parte del  Ballet Nacional, Ballet Moderno y Folklórico y del  Ballet del Instituto Guatemalteco de Turismo, del Ballet Contemporáneo de Xalapa (México) y en el Grupo La Danse Moderne  (Canadá).

Su trayectoria dancística   está ligada al teatro, espacio al que llegó para  dominar su timidez. Fundó  los grupos Centauro, Teatro Vivo, Tesseras y Exégesis.

Tiene más de 40 años en la docencia enfocada en la danza y el teatro.     

“Ahora vivo mi etapa de educadora y de creadora coreográfica. Lo mejor  es que puedo compartir mi experiencia y conocimientos con las nuevas generaciones. Es importante dejar huella”, dice.

No suele contar las coreografías que monta, pero  crea   unas ocho al año. Ixcalqueh, sobre el juego de pelota maya,  fue reconocida con  el Premio Opus, en 1991.

“El ballet me ha dado una vida”

Sin tener vena artística, pues su padre es abogado y su  madre ama de casa, Claudia García es una apasionada por el ballet, y este legado lo   traslada a su mejor alumna, su hija. 

Desde hace 25 años forma parte del Ballet Nacional de Guatemala, y dos menos de ser primera bailarina de la institución.

Sus primeros pasos de baile clásico los dio a los 8 años en la Escuela Nacional de Danza Marcelle Bonge de Devaux, hasta graduarse a los 16, sin descuidar sus estudios académicos y obtener el título de Maestra para Párvulos y luego  estudiar Derecho.     

A  los 18 años ingresó al Ballet Nacional  y desde entonces ha  protagonizado innumerables montajes.

“Ser primera bailarina representa mucha responsabilidad y siempre hay que exigirse ser la mejor”, dice.

Tuvo oportunidad de migrar a otros países para desarrollarse en la danza, pero decidió hacer carrera en su tierra y demostrar que se puede vivir del arte.  “El ballet me ha dado vida”, indica.

“La danza, sin duda, es lo mío”

Fue en la adolescencia que Andrea Ayala comenzó a ser seducida por este arte que le permite   expresarse a través de su cuerpo.

Era una quinceañera  cuando sin tener claro a dónde se dirigía, su mamá  la llevó a una clase en la Escuela Nacional de Danza Marcelle Bonge de Devaux.

“La edad no fue impedimento para aprender,  creo que con disciplina y pasión todo se logra”, dice la joven de  23 años e integrante de la Compañía Momentum Danza Contemporánea, con la cual ha trascendido fronteras.

Al colectivo ingresó como bailarina invitada en el 2015. Un año más tarde pasó a formar parte del elenco. 

De las coreografías,  la que marcó su carrera sobre el escenario fue Debajo de la piel, la primera que bailó con Momentum. “Me sacó de mi zona de confort y me llevó a conocer mi cuerpo a otros niveles. La danza, es lo mío”, dice la bailarina. 

“Cuando bailo lo olvido todo”

Durante la primaria y secundaria, Nicolas Herrera fue víctima de bullying porque  sus compañeros no concebían que su pasión no fueran los deportes sino la  danza clásica.

Tenía 6 años cuando le dijo a sus padres que quería ser bailarín. Lo inscribieron en una academia en La Antigua Guatemala —donde reside—, pero él quería más.

Su madre lo trasladaba todos los días a la capital para asistir, después del colegio, a la Escuela Municipal de Danza Clásica, pero después de cuatro meses la rutina se tornó agotadora y dejó de llegar a  clases.  Retomó sus estudios en danza hace cuatro años.

Cursa el séptimo grado de la carrera artística. El año pasado viajó durante  dos meses a la American Academy of Ballet, en Nueva York (EE. UU.), a perfeccionar su técnica.  “Al bailar me olvido de todo”, dice Herrera, quien es miembro de la Compañía Municipal de Danza.  La pasión por este arte en movimiento  y las habilidades que ha  desarrollado  convierten a Nicolas en una promesa de la danza, según Reyna Silva, directora de la escuela.

Agenda de celebración

Este año, el Día de la Danza  está dedicado al maestro Richard Devaux.

  • 29 de abril. Noche de gala con la participación  del Ballet Nacional, Ballet Moderno y Folclórico y grupos seleccionados. 19 horas, Teatro Nacional. Ingreso Q25.
  • 30 de abril.  Presentación de Bx Contac (improvisación de contacto) y Quetzal Crew. Casa Cultural Dos Puntos —6a. avenida A 10-51, zona 1—, a las 15 horas.

ESCRITO POR:

Ana Lucía Ola

Periodista de Prensa Libre especializada en temas comunitarios, con énfasis en Salud y Educación, con 17 años de experiencia. Reconocida con el Premio de Prensa Libre en categoría Reportaje, en 2019. Premio de la UPANA por Informar a la población guatemalteca sobre la realidad en nutrición y desnutrición en el país, en 2019. Diplomado El periodismo en la era digital como agente y líder de la transformación digital impartido por el Tecnológico de Monterrey.

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