“Hice el arreglo del tema numero 10, Valió la pena. A primera vista me intimidó que la versión original fuera madura, intensa y pasional”, cuenta el músico y compositor de 22 años. Pero la clave para transformarlo fue la instrumentación. “Usamos piano, flauta, triángulo, campana. Le bajé el tempo, luego modifique un poco la estructura e hice el arreglo lo menos saturado posible”, agrega.
Nico recibirá un reconocimiento de la Academia por haber sido parte del proyecto.
Nico recién se graduó en el Berklee College of Music, en Boston, en la carrera de Composición contemporánea y Producción musical e ingeniería. Llegó a la institución becado en el 2013.
Dos años más tarde concursó en el certamen Peermusic Latin Scholarship que realiza la BMI Foundation. Resultó ganador con la canción Qué los mares no se enteren. El galardón lo recibió durante las conferencias del Latin Billboard y el dinero que obtuvo le ayudó a culminar sus estudios.
Primeros pasos
Su pasión por la música no es heredada. Su caminar entre sonidos y silencios comenzó cuando tenía 11 años. Recuerda que su mamá lo inscribió a clases de batería, percusión, guitarra y piano, pero este último lo sedujo.
Así transcurrieron los años hasta que llegó la oportunidad de tener una formación musical en la universidad más respetada en esta rama del arte. Armó maletas y decidió viajar a Boston y estudiar en la institución donde Juan Luis Guerra, Quincy Jones y John Mayer también fueron alumnos. Desde entonces reside en Estados Unidos.
Reconoce que estar lejos de su familia ha sido lo más difícil; sin embargo, el apoyo incondicional de sus padres y sus dos hermanos menores lo ha movido para lograr sus metas.
“Nunca me he puesto límites de hacia dónde puedo llegar”, dice. Producto de ese pensamiento es que en marzo pasado pisó Abbey Road Studios en Londres, Reino Unido, el emblemático estudio donde Los Beatles hicieron gran parte de su discografía.
Allí, Nico pasó largas sesiones de grabación para el EP de la banda de funk y soul The GrooBand. Él fue el ingeniero de sonido.
También ha colaborado con otros artistas, en la lista figuran Johan Vera, Mr. Paradise, Juan Pablo Berreondo, Stephanie Zelaya, Luis Gamarra, José Pablo Soto. Pero trabajar con Marc Anthony son ligas mayores.
“Soy músico y participar en cualquier faceta de la producción musical me encanta”, refiere el joven que dejó crecer su barba, quizá para aparentar más edad en una industria tan competitiva como la musical.
La colaboración en el disco del cantante de origen puertorriqueño se dio gracias a la invitación que le hizo el productor venezolano Carlos Escalona.
“Estoy consciente de la suerte que tengo y del compromiso de responder a la vida por las oportunidades que me da”, dice agradecido ante la postulación al Latin Grammy.
No será la primera vez que asista a la ceremonia —ha presenciado la entrega en tres ocasiones—, pero está vez será distinto.
Con sello propio
Nico tiene un EP con temas de su autoría. Se titula Qué los mares no se enteren.
En otro de sus proyectos grabó junto a músicos de Berklee College of Music una peculiar versión de la pieza guatemalteca Río Polochic, autoría de Rodolfo Narciso Chavarría, en enero del 2016.
El músico creó arreglos para los 17 instrumentos de la orquesta que llevó el tema de marimba al género de jazz. A raíz de ese trabajo se propuso hacer un álbum de piezas clásicas guatemaltecas convertidas al Big Band, Soy de Zacapa ya tiene su arreglo de jazz.
“Espero que una institución con altos valores patrios me apoye para financiar el proyecto”, acota.
Por venir
Nico vive en Los Ángeles y desde allí se abre paso en la escena de la música latina. En las próximas semanas estrenará la canción Por tu amor.
Él hizo los arreglos para el cuarteto de cuerdas —que se oye en el tema— y la producción. La mezcla está a cargo del ecuatoriano Justin Moshkevich, ganador del Grammy y quien trabajó en la banda sonora de la película La La Land.
Ese es el próximo paso del guatemalteco que extraña su tierra y comer “un gauchito y Tortrix de limón, de vez en cuando”.
