Este amplio lugar, cuya construcción comenzó hace 16 años, acoge unas 150 especies de plantas medicinales de uso tradicional, recolectadas en todo el territorio nacional, así como Belice, el sur de México y el oeste de El Salvador y Honduras, por Rodríguez, de acuerdo con consultas hechas a guías espirituales, curanderos y ancianos mayas.
La mayor parte de las que están expuestas se usan para tratar dolor de muelas o encías, aftas, hipertensión o malestares estomacales. De acuerdo con la idea original, las plantas fueron colocadas a una altura elevada para que pudieran ser admiradas por los visitantes, explica Meza.
Los caminos y bancas fueron tallados en piedras como cuarzos, obsidiana, derivados del jade y calizas, seleccionadas y traídas por Rodríguez de los lugares más recónditos del país. Estos están decorados con glifos que representan emblemas de ciudades mayas, dioses o conceptos como la fertilidad, la medicina o la agricultura.
Los mayas eligieron diversos elementos de la naturaleza para integrarlos a su entorno como la serpiente. De ahí se originan los caminamientos serpentiformes, refiere el arquitecto. “Eso nos permitió desarrollar en cortas distancias gran cantidad de metros lineales de pasillos”, agrega.
Destacan detalles arquitectónicos como los arcos mayas, que no son curvos, sino triangulares, así como la pila estilizada del dios maya Chac, donde se recicla el agua. También hay un pequeño campo de pelota maya.
Se tiene proyectado habilitar en este sitio un centro de investigación de botánica maya y se erigirá la imitación de un cenote. Asimismo, se abrirá el primer Museo Odontólogico de Guatemala.
Para asistir, hacer cita por el 2331-5291.
DATO
4 mil varas cuadradas ocupa el Jardín Botánico Maya.