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Melvin Flores, un guatemalteco de 23 años comprometido con la educación medioambiental

El biólogo y conservacionista habla sobre la importancia de proteger la ecología y la urgencia de emprender acciones colectivas frente a la crisis del planeta.

Biólogo y conservacionista guatemalteco Melvin Flores

Melvin Flores en el parque ecológico Senderos de Alux, ubicado en Mixco. (Foto Prensa Libre: Erick Ávila)

Pensar en la Tierra como un planeta en el que los recursos podrían no acabarse sería un total alivio e incluso una utopía a este punto de nuestra historia, y en el cual los bienes naturales son amenazados por el calentamiento global más que nunca.

A principios del 2022, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) indicó que hay un 50 por ciento de probabilidades que por lo menos en uno de los próximos cinco años la temperatura media anual del planeta supere en 1.5°C los niveles preindustriales.

Hasta el 2015 las probabilidades de que el calentamiento rebasara dicha marca eran casi nulas. No obstante, entre el 2017 y el 2021 los pronósticos se calculan en un 10 por ciento, mientras que para el período 2022—2026 el porcentaje puede llegar hasta casi el 50 por ciento, revela la ONU.

¿Cómo nos estamos involucrando para mediar en el estado crónico de nuestros sistemas naturales? ¿Cuál es el papel que tenemos frente a las nuevas generaciones y cómo deberían estas atravesar la incertidumbre de las consecuencias provocadas por el maltrato ecológico?

Ante las dudas, solo cabe informarse, así como imaginar, proponer y trabajar junto a las medidas que presenten los tomadores de decisiones comprometidos. Las voces que den una perspectiva sobre esto siempre serán necesarias.

Entre tantos ecos a propósito del medioambiente, en la actualidad destaca el de Melvin Flores, biólogo y conservacionista guatemalteco de 23 años, quien ha estado involucrado en la protección del planeta desde proyectos con iniciativas internacionales como World Wildlife Fund for Nature (WWF) —donde es embajador de juventud para Mesoamérica— y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

En Guatemala ha accionado desde el Centro de Estudios Ambientales y Biodiversidad, así como en el Grupo Everlife. Motivado por su interés en “estudiar a los seres vivos y por la urgencia medioambiental que existe”, el joven infiere que su aporte va dirigido a hablar sobre la educación medioambiental y cómo esta puede proponer cambios en los líderes del futuro, quienes apenas transitan su niñez y juventud.

¿Cuál cree que es la principal urgencia del cuidado medioambiental frente al momento en el que estamos?

Necesitamos crear conciencia en las personas de que ya no hay tiempo, pues han sido suficientes años de estudios, documentos y advertencias sobre el calentamiento global. ¿Cuánto no han incrementado las temperaturas del planeta? ¿Cuánto se han llegado a reducir los glaciares? Considero que lo que más urge es actuar. Sobre todo, que los políticos puedan tomar decisiones con base en lo que se ha investigado y que, por otro lado, la sociedad haga presión a los gobernantes para que haya un cuidado medioambiental, desde regulaciones y leyes que en verdad se cumplan.

¿Cómo se le ve a Guatemala en ese escenario?

En Guatemala lo anterior supone un reto, ya que la corrupción está muy presente. El dinero que ha sido robado habría podido servir para la implementación de acciones concretas para el cuidado de este país. Aun siendo un territorio pequeño comparado con otros países, Guatemala es de los que más biodiversidad tiene. Por esa misma razón es necesario que se tomen las acciones con urgencia.

Biólogo y conservacionista guatemalteco Melvin Flores
A consideración del biólogo, deben existir conocimientos más amplios sobre ecología y medioambiente en todos los niveles educativos. (Foto Prensa Libre: Erick Ávila)

¿Cuáles podrían ser algunas medidas dirigidas a reencauzar el cuidado ecológico?

Creo que muchas de acciones pueden venir desde iniciativas gubernamentales. Se pueden tomar en cuenta energías eólicas, hidráulicas, motrices y geotérmicas. Este país tiene todo para producir cualquiera de esas energías renovables.

Por otro lado, se pueden crear barandas que sean colocadas en carreteras o bosques, en áreas rurales del país, con el propósito de fomentar puentes biológicos y no alterar los ecosistemas y que no pongan en riesgo a las especies. También cabe resaltar medidas que podrían implementarse como las de Alemania, donde han puesto cámaras en las carreteras para ver cuáles conductores tiran basura.

Pero para poder implementar varias de estas acciones, primero se necesita mucha educación ambiental. Eso es algo que en definitiva el Gobierno debería agregar al pénsum de todos los centros educativos y que también debería estar en las universidades. Muchas veces conocemos sobre lo básico en la biología, pero no tanto sobre los ecosistemas que existen en el país, los animales endémicos por regiones o los distintos climas.

¿Cómo ha sido la experiencia de llevar a cabo estas nociones de educación medioambiental en una organización como WWF, donde es embajador de la juventud?

He sido parte de un grupo internacional que se llama Global Youth, con el que hemos realizado talleres en temas de educación medioambiental para crear conciencia en personas de todo el mundo.

Es impresionante porque en algunos espacios de formación, aun siendo a distancia, he podido ver a más de 400 personas de 18 a 30 años conectándose desde varias partes del mundo a distintas horas. Es ahí cuando me he podido dar cuenta que la gente en realidad quiere aprender y compartir ideas con otras personas, para hacer cambios.

Así como en WWF, ha participado de otros encuentros internacionales como el congreso de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. ¿Cuáles han sido los puntos abordados en dicho espacio?

En el 2021, junto con otra compañera de Global Youth Action representamos a Latinoamérica en el Parlamento Europeo a propósito de temas de sobre consumo y mal manejo de productos exportados a Europa que provocan la deforestación en nuestra región. Hablamos con los diputados sobre cómo nos afecta esto y en qué medida altera nuestros ecosistemas.

Por otro lado, recibimos talleres sobre la manera de abordar a los tomadores de decisión en estos casos. En cuanto a Guatemala, hay una mala gestión de recursos en los procesos de deforestación y además hay otro tema de riesgo que son los monocultivos de caña, palma africana o maíz.

En estos monocultivos hay una cantidad mínima de otras especies, ya que todo es abarcado por un solo tipo de planta. Se deberían implementar sistemas forestales donde pueda haber distintos tipos de cultivos.

¿Qué medidas podrían implementarse para mitigar daños ecológicos en los procesos de expansión industrial?

Es necesario velar por que haya beneficios en distintas escalas. Se debe buscar un equilibrio más allá de solo concentrarse en lo económico, lo social o lo ambiental. Todas esas áreas son importantes.

Así como ha sucedido en algunas zonas de Petén, se podría acordar que las comunidades indígenas permanezcan y administren las áreas, puesto que han vivido ahí desde siempre, saben qué tipo de recursos hay y también conocen qué es lo que se puede comercializar que provenga de la naturaleza.

Biólogo y conservacionista guatemalteco Melvin Flores
El joven guatemalteco ha trabajado en instituciones medioambientales del país y del extranjero. (Foto Prensa Libre: Erick Ávila)

Esto lleva a pensar en la educación medioambiental como base de mejores decisiones para el planeta, pero, ¿cuán importante es para niños y jóvenes ese conocimiento?

Así como se enseñan varias materias desde temprana edad, es importante aprender sobre el cuidado medioambiental, ya que entre más pequeñas sean las personas, mejor entenderán sobre la importancia de esos temas.

Es vital que los niños y jóvenes aprendan a cuidar los recursos que tenemos, porque son finitos. Todas las especies y los recursos se extinguen, pero sucede que no nos damos cuenta. Cuando no hay tanta educación ambiental puede ocurrir que los adultos incluso desconozcan sobre una buena separación de los desechos o que tiran basura en espacios naturales.

Los responsables de los menores pueden darse cuenta de lo mal que está el medioambiente prestando más atención a que el paisaje se ha transformado desde que eran más jóvenes, o que ya no hay tantos espacios verdes. Al notarlo, podrían enseñar a las nuevas generaciones sobre la importancia de conservar y cuidar lo que queda.

Cuando suele llevar a cabo procesos de formación con menores, ¿cuáles son las principales inquietudes sobre cómo pueden actuar ellos frente al cambio climático?

Muchas veces las inquietudes que más destacan son cómo empezar, cómo no tener miedo de lanzarse y cómo poder implementar un proyecto de conservación con amistades. Muchos tienen la idea de hacer reforestaciones o limpieza de playas, pero no resultan haciéndolo por temor a arrancar.

Creo que es comprensible, pero por otro lado hay grupos de conocidos o redes sociales que pueden servir para actuar en equipo. Desde una historia o una publicación en Instagram pueden decirse cosas. Se puede convocar a más personas a unirse. Las grandes acciones pueden empezar con las personas que están alrededor.

En el camino también pueden aparecer otras inquietudes para accionar como, por ejemplo, abordar a autoridades locales o tomadores de decisiones. Parte de lo que hemos enseñado en los espacios donde me he involucrado es el tema de abogacía, y buscamos que los jóvenes tomen iniciativas como ponerse en contacto con ministerios, saber redactar cartas o buscar respaldo sobre el tipo de apoyo que necesitan en sus comunidades.

Melvin Flores, biólogo y conservacionista

Es vital que los niños y jóvenes aprendan a cuidar los recursos que tenemos, porque son finitos. Todas las especies y los recursos se extinguen, pero sucede que no nos damos cuenta.

¿Cuáles son las primeras acciones que podrían llevar a cabo los jóvenes para accionar en estos temas?

Lo importante es encontrar a un grupo de personas con los mismos ideales y las mismas ganas de cambiar las cosas para así llegar a acciones concretas. Recomiendo que se apoyen con gente de la comunidad en la que habitan, así como ubicar líderes.

Algunos planteamientos que pueden llevar a decidir la manera en que funcionará el proyecto son en qué tema se espera involucrar, por cuánto tiempo se quiere hacer, con qué se cuenta y cuál es la especialización que se tiene en esos campos.

Biólogo y conservacionista guatemalteco Melvin Flores
Melvin busca generar más empatía en las personas frente a la biodiversidad. (Foto Prensa Libre: Erick Ávila)

Ha mencionado que los jóvenes pueden sentir miedo por llevar a cabo propuestas que beneficien el medioambiente. ¿Qué desvanece esos temores?

Creo que influye el contexto donde se encuentran las personas. Hay espacios donde puede ser por miedo al fracaso, pero también hay otros donde el obstáculo es la inseguridad. Esto es común en países latinoamericanos como Guatemala, Colombia o México.

Muchas veces, si una persona es ambientalista, ecologista o alza la voz contra grandes empresas que estén haciendo pedazos los bosques o contaminando los ríos, hasta puede estar en riesgo de muerte, y a mí también me da miedo. ¿Cuántas veces no hemos sabido que mataron a un líder comunitario o a un guardabosques?

¿Qué recomendaciones daría a los padres de familia para que sus hijos se interesen en la protección medioambiental?

Transmitirles el amor hacia la naturaleza, el respeto hacia las demás personas, hacia los animales y hacia las plantas. Al final, y desde siempre, el ser humano ha sido parte de la naturaleza y hemos necesitado del contacto con el medioambiente. No debemos privarnos de eso.

ESCRITO POR:

Alejandro Ortiz

Periodista de Prensa Libre especializado en temas sobre cultura y bienestar, con 5 años de experiencia.