Para mantenerlos protegidos e hidratados hay fórmulas fáciles de llevar a cabo.
Aplique varias veces al día brillo humectante.
No abuse de las barras de labios de larga duración, ya que pueden producir sequedad.
Utilice lo menos posibles tonalidades marrones porque contienen pigmentos de zinc, sustancia que provoca la descamación.
El simple hecho de mojarse los labios con la lengua y mordisquearlos también contribuye a su agrietamiento.
Por las noches úntese cremas específicas para esa delicada zona del rostro, tales como base tratante o cacao. Sus labios amanecerán tersos y prevendrá dolorosas rajaduras.
Adiós al tabaco
Absténgase de fumar o disminuya la frecuencia con que lo hace, porque además de los diversos trastornos de salud que este hábito ocasiona, estará más propensa a que surjan pequeñas arrugas alrededor de su boca y a que sus dientes se tornen amarillos. Y aunque no lo crean, los hombres también deben prestar atención especial a esta parte del rostro.