Esto es lo que concluye un estudio de científicos de las universidades estadounidenses de Texas y Harvard.
El estudio de estos expertos muestra que las diferencias entre las columnas vertebrales de hombres y mujeres se sitúan en la parte baja de la espalda, en la zona lumbar, donde las vértebras describen una curva para amortiguar el peso del cuerpo.
Esta curva se extiende a lo largo de un mayor número de vértebras en el caso de las mujeres, lo que ayuda a minimizar los daños y molestias que podría acarrear la posición inclinada hacia atrás que debería adoptar la espalda de ellas para contrarrestar el peso del feto.
Las articulaciones de las vértebras lumbares son además más grandes en las mujeres y presentan un ángulo diferente al de las masculinas.
Cualquier madre puede atestiguar la incomodidad de estar de pie y caminar teniendo que contrarrestar el peso de un embarazo en la parte delantera del cuerpo, dijo uno de los investigadores.
El estudio también muestra que sus espinas dorsales han evolucionado para hacer el embarazo más seguro y menos doloroso de lo que habría sido si estas adaptaciones no se hubieran producido. – EFE.