Para evitar estrías, caída de los senos, dolor de espalda o pechos, o mantener la musculatura pectoral intacta, hay que seguir algunas recomendaciones:
– Durante el embarazo y la lactancia, especialmente, durante esta última, se debe llevar un brasier adecuado, con buena sujeción a la espalda, sin aros y de fácil acceso. Esto permitirá que no se dilate excesivamente el tejido del pecho. El sujetador es conveniente llevarlo tanto de día como de noche (mientras dure la lactancia) y colocar unos protectores de lactancia para evitar la molestia de mojar tu ropa con la subida de la leche. Es conveniente proveerse de, al menos, dos sujetadores propios para la lactancia.
– Caminar erguida para evitar dolores de espalda y mantener una posición correcta durante la lactancia.
– La propia leche materna es la mejor protección para los pezones dañados. Evitar los masajes enérgicos, los jabones agresivos y las cremas y perfumes cuyo olor pueden alterar la lactancia al bebé.
– Procurar que el bebé mame cuando se produce la congestión y la subida de leche, o sacarse algo de leche hasta que nuestro bebé mame.
– Podemos realizar cuando el bebé acabe de lactar y se tenga el pecho más vacío ejercicios isométricos o gimnasia para fortalecer los músculos que sujetan el pecho como por ejemplo apretar las palmas de las manos, hacer giros con los brazos extendidos o flexiones.
– Debe ponerse especial interés en realizar estos ejercicios, gimnasia o la práctica de natación una vez que se ha dejado de dar lactancia. (guiainfantil.com)