El interés por la felicidad y el bienestar es subjetivo. Se ha comprobado que ha aumentado considerablemente la búsqueda de su significado y de qué manera se explora, ya sea medido por la frecuencia de esas palabras en libros en múltiples idiomas globales, o por la escala de la investigación publicada, o por la cantidad de iniciativas gubernamentales o privadas en la medición de este estado de vida.
Parte de esa medición hace que se conozca la percepción de casi 150 países sobre qué es felicidad. Finlandia fue elegido como “el país más feliz del mundo”, por quinto año consecutivo, por la clasificación World Happiness Report (Informe sobre la felicidad mundial), que sitúa en el último puesto a Afganistán.
Guatemala ocupó el puesto 39. ¿Pero qué es la felicidad en sí y cómo alcanzarla? Expertos señalan que la felicidad reside en nuestro interior, destacando que se trata de algo a construir a través de un largo proceso de desarrollo y crecimiento personal.
El informe publicado destaca que algunas personas son más felices que otras, incluso si viven en el mismo país en circunstancias más o menos similares. Es por ello, que el conocimiento de por qué algunas personas se sienten mejor con sus vidas que otras puede brindar pistas sobre la mejor manera de ayudar a quienes más lo necesitan.
Estudios basados en muestras de ascendencia europea revelan que aproximadamente el 40% de las diferencias en la felicidad se deben a la diversidad genética entre las personas, mientras que la variación restante se debe a las influencias ambientales que son exclusivas de un individuo.
Se ha comprobado que el cerebro humano tiene la capacidad de producir neurotransmisores al estimular hormonas relacionadas con la felicidad, el placer, el bienestar y la relajación. La mejor noticia es que estas se pueden estimular para que envíen un mensaje al cerebro y que influya positivamente en la vida diaria
Además del cerebro, muchos procesos en el cuerpo humano podrían ser importantes para explicar las diferencias individuales en la felicidad y el bienestar entre los individuos. Por ejemplo, las diferencias en los niveles de neurotransmisores, los niveles hormonales y la actividad de los parámetros inmunitarios se han relacionado con el bienestar.
La psicóloga Daniela Ortiz expresa que para cada persona la felicidad llegará de distinta manera, para unos el hecho de ver a su familia con salud integral le dará esa sensación positiva, para otros podría ser un viaje, por mencionar distintas cuestiones.
Aclara que no todo el tiempo una persona podría estar feliz y se combinan otras emociones como preocupaciones o molestias y estrés, por dar algunos ejemplos.
Tener un equilibrio en las emociones es indispensable. Más allá de la personalidad, se trata de ser responsables, conscientes y promover el control activo del estado de ánimo por medio de técnicas que nos llevan a experimentar mayor alegría.
Los conocedores expresan que despertar felices aumenta las posibilidades de que notemos alegría y seamos más resistentes cuando las cosas no salen como queremos.
Un momento personal
Ortiz agrega que cada ser humano necesita reconocer en su diario vivir momentos personales de reflexión y considerar si es posible hacer cambios para mejorar aspectos de la vida que podrían estar molestando o priorizar en la vida.
Además se requiere de un momento para cada uno, en el que cada quien tengan el espacio de sentirse a plenitud, tomar un café, tomar un paseo en la naturaleza, u otros detalles que ayuden a la persona a estar mejor y sentir satisfacción. Así que haga y prepare su estrategia en la que planifique actividades que disfrute Esto incluye el ejercitarse.
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Esos minutos ayudan a que a nivel cerebral se generen sustancias naturales que provoquen sensaciones positivas. “No se trata de salir a la tienda o hacer un mandado sino dedicarse de 15 a 30 minutos diarios a estar en movimiento y centrados en esa rutina de salud personal. También para atraer la felicidad se recomienda disfrutar de la música y bailar”, agrega Ortiz.
La psicóloga hace énfasis que la pandemia ha provocado que las personas tengan más ansiedad y estrés. Dormir bien y descansar es prioridad para generar mayor bienestar en la vida.
En general es importante prepararse, llevar las medidas de bioseguridad y tomar precauciones como el hecho de tener un médico de referencia para consultar en el momento apropiado y que exista alguien que pueda respaldar en algún caso de emergencia.
Después de ser contagiado aparecen en ocasiones temores fuertes por la pérdida de familiares, el miedo a ser contagiado nuevamente, por dar un ejemplo; esa ansiedad o estrés es importante gestionarlo con apoyo profesional, a manera de encontrar estrategias que ayuden a afrontarlas.
En pandemia
Los datos de 2021 del último Informe Mundial de la Felicidad confirman el hallazgo de 2020 de que las evaluaciones de vida promedio, que reflejan la red de efectos de compensar las influencias negativas y positivas, se han mantenido notablemente resistentes durante el covid-19. La preocupación y el estrés han aumentado un 8% en 2020 y un 4% en 2021 en comparación con los niveles previos a la pandemia.
En el lado positivo, el cambio más notable visto ha sido el aumento global de la benevolencia en 2021, la cual ha brindado un apoyo notable para las evaluaciones de vida de los donantes, receptores y observadores, quienes se han sentido complacidos de ver en la vida de su comunidad la disposición para tender la mano y ayudarse unos a otros en tiempos de necesidad.
En todas las regiones del mundo, ha habido grandes aumentos en la proporción de personas que donan dinero a organizaciones benéficas, ayudan a extraños y realizan trabajo voluntario.
