El principal motivo de ese fracaso, según el vicepresidente de SEEDO, Albert Goday, es que la obesidad es una enfermedad crónica que conlleva un cambio en los hábitos de vida que hay que mantener en el tiempo, una cuestión difícil porque cuando el peso se estabiliza tras una dieta saludable y ejercicio, la motivación baja.
Por ello, para no fracasar, los nutricionistas como Carmen Pardos, recomiendan, además de acudir a un especialista, seguir una alimentación adecuada y ejercicio físico y, aunque aseguran que no hay una dieta ideal, mantienen que la mediterránea es un ejemplo a seguir y que se aleja de otras con menos productos saludables, que a su juicio, deberían de ser gravados por el Gobierno para que “no estén en primera fila”.
El perfil de los encuestados es una mujer casada, de entre 25 y 45 años, con hijos, titulación superior y ocupación laboral a tiempo completo.
El 76 por ciento dice que no están contentas con su peso y querrían perder una media de diez kilos en cinco meses.
No obstante, el 81 por ciento había fracasado en un intento de perder peso y un 75 por ciento habían hecho dieta previa, con lo que, según el responsable de esta sociedad, “algo está fallando en el sistema que hace que algunas personas repetidamente tengan que hacer intentos de perder peso con fracaso”.
“Estamos hablando de una enfermedad crónica, que no se va a solucionar con la dieta de quince días que explica una revista en formato atractivo”, ha apuntado.
Pero solo el 39 por ciento ha consultado a un especialista y el 49 por ciento ha hecho una autoprescripción.
¿Qué motiva a perder peso?
La principal motivación para perder peso es sentirse bien porque el 82.8 por ciento quieren estar sanas y en forma, pero también pesa la forma de vestir (el 85 por ciento), el equilibrio emocional (78 por ciento), la vida sexual (58 por ciento) y la búsqueda de trabajo (65.4 por ciento).
Las encuestadas creen que el exceso de peso le va a afectar a la hora de encontrar trabajo.
Y ¿cuáles son las circunstancias que para ellas afectan al peso?: el 70 por ciento cree que el estado de ánimo, el 64 por ciento el metabolismo y el 55 al ejercicio físico, de ahí que un fracaso en la dieta les cree una insatisfacción que puede producirles efectos rebotes, abandono del tratamiento y dificultad en la constancia.
El 85 por ciento considera que el factor de éxito de una dieta es la constancia, aunque el 58 por ciento cree que es la motivación y el 51 por ciento, el deporte.
Los hábitos nutricionales de las encuestadas no dejan tampoco lugar a dudas: el 65 por ciento asegura tener unos hábitos saludables y de ellos el 60 afirma haberlos adquirido por sí mismo.
Pero estas cifras contrastan con la epidemia de obesidad que existe: el 53 por ciento de los españoles mayores de 18 años tiene sobrepeso y la obesidad afecta a entre el 24 y 28 por ciento de los adultos, unos datos a tener en cuenta, como la previsión mundial de obesidad para 2030, que podría alcanzarse ya en 2015.
El 68 por ciento de las encuestas dicen también que come en casa y en compañía, un hábito saludable, ya que se tiende a comer menos grasas y alimentos calóricos y al hacerlo acompañado también a comer más despacio y disfrutar más.
No obstante, cuando comemos en casa, en algunos casos, se come demasiada cantidad.
La mitad, además, ingiere entre un litro y dos de agua diarios, una cantidad que, según los especialistas, tendría que aumentar algo más.
Por último, el 34 por ciento se pesa cada semana, algo que no hace falta con tanta frecuencia ya que Pardos considera suficiente un control mensual.