Esta tarea debe realizarse cada seis meses, cuando se trata de un tanque de cemente, y cada año cuando está elaborado de acero y plástico.
Antes de realizar esta actividad, es necesario cerrar la llave de paso de agua que la lleva hacia las tuberías, así como la del tanque, para que este quede aislado y así evitar que el líquido llegue a todos los grifos, lavamanos, duchas, y así evitar problemas dentro del hogar.
Hay que drenar la mayoría cantidad de agua y dejar al menos unos 20 centímetros desde el fondo del tanque, que servirá para limpiar, cepillar y lavar las paredes, el fondo y la tapa; a esta se le puede mezclar cloro para limpiar de mejor manera.
Luego se vacía toda el agua retenida y se enjuaga varias veces el fondo con agua de las tuberías de la calle. Una vez retirada el agua se puede llenar hasta el 50 por ciento de agua y se le agrega cloro (aproximadamente 1 litro por cada ml litros) y posteriormente se habilita la llave de paso para que llegue agua hasta al tanque.
Se espera hasta que se llene el tanque en su totalidad y se establece la fecha en que se hizo la limpieza para programar su próxima desinfección.