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Los misterios ocultos de un jardín zen y cómo construirlo en cualquier lugar

El jardín zen encierra algunos secretos y significados para convertirse en un espacio en el que se disfrute de detalles como las piedras y su relación con orden y el equilibrio, o las olas insinuadas por la arena.

Los misterios ocultos de un jardín zen y cómo construirlo en cualquier lugar

El jardín japonés es considerado que trabajar un área espiritual, refinado en su estética, así como en sus detalles. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

En la historia los diferentes entornos naturales y sociales crean diferentes estilos de jardín con sus propias características.  En general  este espacio es considerado lleno de vida para que quien camine en él encuentre un lugar para relajarse o disfrutar de la naturaleza.

Jimena Ugarte, en un artículo publicado para el Instituto de Arquitectura Tropical, afirma que el paisajismo ya no solo consiste en sembrar árboles, matas y flores de diversa índole para lograr efectos atractivos y despertar un efecto estético y placentero en los habitantes.  “El paisajismo va mucho más allá de esto y atiende al ambiente, a la estabilidad emocional, a la fauna, al cambio climático y podríamos citar más”, dice.

También describe que la cultura japonesa, es pionera y líder en considerar múltiples elementos en su concepción del paisaje.

Los jardines japoneses crean sus propios estilos y uno de los más famosos son los llamados jardines zen que buscan ir más allá y crear un lugar propicio para meditar y contemplar.

En este mismo tema, la arquitecta Michael Pineda explica que cuando pensamos en un jardín, se nos viene a la mente un ambiente verde lleno de plantas…..pero los jardines zen son todo lo contrario, son jardines secos formados con arena y piedras, su belleza se encuentra en la simplicidad de los mismos, se caracterizan por su sencillez y elegancia.

Es importante comprender que la palabra zen significa meditación. El origen de los jardines viene de la cultura japonesa, los monjes los usaban como un lugar ideal para la meditar. Son áreas que nos transmiten tranquilidad, serenidad interior, reducen el estrés a través de su belleza.

El nacimiento del jardín zen creó un espacio como ayuda para la meditación. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

Pineda agrega que la arena representa la inmensidad del océano y las rocas las montañas, uno de los múltiples beneficios que tienen los jardines zen es poder desestresar a sus propietarios, jugando con el rastrillo, creando formas en la arena. Nosotros podemos darle moviendo a nuestro jardín, por ejemplo crear diseños con “piedras apiladas” las cuales significan estabilidad.

Los jardines zen nos brindan serenidad y relajación; estimulan la creatividad y lo mejor es que no necesitamos un gran espacio para crear uno, los podemos armar en cualquier rincón de nuestra casa u oficina.

Este jardín fue considerado como manera de simular el cosmos, en donde una roca se convertía en montaña, una simulación de agua en océano, y el musgo o helechos representa un bosque.  El arquitecto y paisajista Óscar Aguirre, de la Universidad Rafael Landívar, explica que estos jardines son contemplativos a diferencia de los otros de forma convencional en que uno puede caminar y recrearse en ellos.

Construir un jardín

Los materiales que lleva esta jardín son básicos y fáciles de conseguir.  El tamaño va desde los grandes jardines hasta propuestas que la persona puede tener un jardín en su escritorio o en cualquier lugar.

Pineda comenta que para crear un jardín zen tipo bonsái o pequeño, lo primero que necesitamos es una base, puede ser de unos 30 centímetros, no necesita un gran espacio para tener tu propio jardín. Otro de los beneficios es que no necesitamos condiciones climáticas ideales para crecer y prosperar.

Como elementos decorativos para nuestro jardín podemos utilizar: arena, piedrín blanco de mármol, granza o piedra blanca, si queremos agregar algunos elementos verdes e incluir musgo o suculentas, ya que son plantas de poco mantenimiento.

Recuerde que es muy importante tener un rastrillo para poder peinar la arena, en algunos sitios se sugiere que para los jardines miniatura si no se cuenta con un rastrillo es posible utilizar un tenedor y así crear diferentes diseños.  Las líneas representan los estados del agua, si son rectas representan la calma y si son onduladas representan aguas agitadas.

Tomarse un tiempo en el día para la contemplación y meditar es posible en estos jardines que pueden ser de todos los tamaños. (Foto Prensa Libre: Shutterstock).

Cada persona le va a dar su propio toque.  Podría ser muy sencillo y hermoso, o bien tener elementos como arenas que vienen de otros países, así como algunos elementos poco comunes.

“Un sendero creado de madera o piedra nos puede servir como guía, en nuestra mente nos ayuda a reconocer que debemos seguir un camino y dar pasos para avanzar en nuestra vida”, agrega Pineda.

La práctica de trabajar un jardín zen ayudará a estimular la creatividad así como a resolver problemas, el jardín más sombrío lo puede transformar en un oasis de bienestar.

La reorganización constante de elementos y el rastrillar la tierra con distintas formas y líneas promueve la creación de ideas diferentes.

Aguirre agrega que son considerados jardines anti-estrés y en un tamaño pequeño requieren poco mantenimiento. Los jardines más grandes o a escala natural si requieren de mayor atención para mantener limpio el espacio.

Además, al aire libre también se pueden hacer actividades como tai-chi, yoga y otras actividades directamente conectadas con la naturaleza y meditación.

Por ejemplo, él recuerda en una ocasión que cayó arena del volcán en que se necesito volver a hacer el jardín y sustituir la arena y otros detalles.  Al aire libre no debe utilizarse una arena muy fina porque va a quitarse la forma con rapidez.

Como mensaje final Aguirre invita a disfrutar de este espacio, descubrir las sensaciones que provoca rastrillar y disfrutar de la contemplación de este espacio.

Sin duda, sentarse y meditar es otra de las finalidades.  No solo se trata de sentarse en silencio sino aprender a relacionarse con uno mismo dicen los expertos en este campo.

Busque un horario adecuado para estar en el jardín o trabajar en él, mientras no tenga interrupciones.

En su ejercicio podría ayudarle antes de empezar respirar una tres veces de forma profunda.  Después dedíquese a hacer las ondas y tome un momento para meditar.

“La meditación es el poder más grande que tiene el ser y en el silencio podemos escuchar esa voz que no escuchábamos”, expresa Anne Bonin, directora de la Universidad Brahma Kumaris en Guatemala.

Deepak Chopra, especialista en medicina mente-cuerpo y escritor, explica en su libro Sincro Destino que en ese silencio es posible comenzar a dominar el diálogo interno siendo una de las características más elementales de los humanos.

Por su parte, el psicólogo Juan Carlos Zetina, agrega que “no todos tenemos la costumbre de esa comunicación interna, de meditar, y de ese espacio para revisar los pendientes, dónde estamos y la oportunidad de ir más allá”, dice.  Así que este ejercicio de jardín zen entre otras actividades podría ser oportuno para encontrar ese espacio propio.

Ideales de un jardín zen

Jimena Ugarte, del Instituto de Arquitectura Tropical comparte algunos de los aspectos esenciales al momento de plantear un jardín en esta dinámica.

  • Asimetría
    Se busca un equilibrio en la composición de todo el conjunto que se diseñe en cada uno de los elementos que lo integran.
  • Simplicidad
    Este tipo de espacio es simple en sus formas, lo cual lo hace elegante y tiene una gran profundidad espiritual.
  • Encuentro con el vacío
    Estos diseños invitan a contemplar los espacios vacíos: agua, tierra, gravilla… lo cual es fundamental para la armonía del diseño en su conjunto
  • Austeridad
    La simpleza invita a disfrutar de la belleza de lo más simple.  Es encontrar qué expresa lo que está frente a los ojos.  La paz espiritual que nos transmite el jardín japonés en su contemplación, si se han respetado todos los conceptos anteriores

ESCRITO POR:

Ingrid Reyes

Periodista de Prensa Libre especializada en periodismo de bienestar y cultura, con 18 años de experiencia. Premio Periodista Cultural 2023 por el Seminario de Cultura Mexicana y premio ESET región centroamericana al Periodismo en Seguridad Informática 2021.

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