Salud y Familia

Perros guía: un gran apoyo para los ciegos

Los perros guía o lazarillos son animales de asistencia que son entrenados para apoyar a personas con discapacidad visual o sordoceguera, por lo que es fundamental comprender la labor que realizan, al facilitar la movilidad e independencia de quienes los necesitan.

Perros guía: un gran apoyo para los ciegos

El último miércoles de abril se celebra el Día Internacional del Perro Guía para hacer conciencia de la importancia de la función que este presta a la sociedad. (Foto Prensa Libre, Shutterstock)

Deben ser adiestrados solo en lugares acreditados, de acuerdo con los estándares internacionales establecidos por la Federación Internacional de Perros Guía.

Es necesario comprender que no son mascotas, sino trabajadores especializados que después de haber sido estrictamente seleccionados y entrenados, saben obedecer las indicaciones mediante comandos verbales y físicos que el usuario les comunica y señalar los peligros que pueden encontrarse al desplazarse en lugares públicos, indica Luis Arriola, fundador y presidente de la asociación Amigos de los Lazarillos Guatemala (Amilaz).  El fin de estos canes es salvaguardar la vida del usuario, al evitar obstáculos.

¿Qué perros pueden convertirse en guías? Deben ser animales sociables, que no sean agresivos ni reactivos, y que no manifiesten tener miedo o inseguridad. Deben estar castrados y no tener ningún defecto físico o padecer de alguna enfermedad limitante o zoonótica.  No pueden ser adiestrados en defensa y ataque.

Desde pequeños, luego de haber sido elegidos para esta función, se les prepara para esta actividad, que desempeñarán alrededor de ocho años. Las razas más populares para ese objetivo son los labradores y golden retriever, pues son dóciles.

El contacto físico que tiene el perro con el usuario es mediante un arnés con asa rígida que sirve de guía o timón, para indicarle al ciego la dirección o cambios de altura que deben de llevar ambos. El animal debe ubicarse a la izquierda de la persona, expone Arriola.

En Guatemala no se entrenan perros guía, pues los costos económicos y de mantenimiento son altos, sino que estos son donados por la escuela Leader Dog for the Blind, ubicada en Michigan, EE. UU., donde a la persona se le enseña a trabajar con el animal durante un mes, y se le asigna un can de acuerdo con su talla y carácter. Los 11 primeros llegaron al país partir del 2001; sin embargo, indica Arriola, son pocas las personas que tienen los recursos económicos para brindarles los cuidados adecuados. Arriola indica que también han sido traídos desde México, para lo cual se requiere una inversión de unos Q10 mil. 

Amilaz se encarga de gestionar la donación o renovación de perros con la referida escuela, así como atención veterinaria de calidad y concentrado, sin costo. Imparte, también, un curso de adaptación para que el usuario se familiarizarse con el perro y crear así un vínculo con él. Los dueños deben de cuidar de la apariencia de su perro guía, al cepillarlo diariamente, así como mantener rutinas de alimentación y horas de hacer sus necesidades.

Derecho de ingreso

Entre las problemáticas que enfrentan los usuarios de lazarillos en Guatemala está el limitado acceso al transporte público, inconsciencia social sobre estos canes para aceptar su ingreso en lugares públicos y privados y escaso apoyo de instituciones relacionadas con la recepción e ingreso de clientes. Arriola enfatiza en que todos los dueños de perros guía  portan la documentación que los avala como tales, y hace un llamado a los agentes de seguridad de lugares públicos que se informen, pues son quienes prohíben su ingreso.

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¿Qué hacer y no hacer ante un lazarillo y su usuario?

  • Tratar al ciego como persona independiente.
  • Evitar acercarse bruscamente a él. No tomarlo del brazo, sin preguntarle si necesita ayuda.
  • No tocar al perro guía ni su equipo cuando esté trabajando.
  • Nunca distraer al can, al hablarle o hacerle muecas.
  • No ofrecerle comida ni juguetes al lazarillo.
  • Los perros guía son muy sociables y una ligera distracción puede poner en peligro al usuario.

Antecedentes históricos

Arturo Solís con Pete, el primer perro guía de Guatemala. (Foto Prensa Libre, cortesía de Luis Arriola)

  • Fue en 1956 cuando vino a Guatemala el primer perro guía, un pastor belga llamado Pete, donado por el Gobierno de Estados Unidos, cuyo dueño fue Arturo Solís Figueroa, quien había quedado ciego por un incidente.
  • En la década de 1960, María Teresa Rodríguez y Olga Díaz fueron las primeras mujeres en el país en tener perros guía.
  • El viaje de María del Rosario Mirón y Laida Alvarado, a Estados Unidos, para traer un perro guía entrenado por la Leader Dog for the Blind, en el 2001, motivó la fundación de Amilaz, integrada por ciegos con perros guía y personas afines a estos, el 5 de febrero del 2005, inscrita legalmente como organización civil no lucrativa.
  • A nivel global se comenzaron a utilizar perros guía, luego de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), luego de que soldados quedaran ciegos por ataques con armas químicas.

ESCRITO POR:

Brenda Martínez

Periodista de Prensa Libre especializada en historia y antropología con 16 años de experiencia. Reconocida con el premio a Mejor Reportaje del Año de Prensa Libre en tres ocasiones.