Los expertos dividieron al grupo en dos: el que había tomado un desayuno de 750 calorías basado en cereales, pan y mermelada, y otro que no había consumido ningún alimento. Aquellos que no habían desayunado mostraron una clara tendencia a consumir alimentos grasosos y comieron un 20 por ciento más de calorías que aquellos que habían desayunado correctamente.
Los expertos hicieron énfasis en la importancia de ingerir alimentos saludables a primeras horas de la mañana, ya que no hacerlo pone en alerta al cuerpo a consumir con más ansias alimentos grasosos.
Un desayuno ideal debería tener la cantidad de proteína adecuada para que el cuerpo tenga la energía necesaria y una correcta masa muscular.